PRÓLOGO
El Heraldo, un bardo cuenta-cuentos con una percepción sobrenatural de los hechos que acontecen en Krynn, habla sobre la llegada de la Era de los Mortales, la guerra de los dragones, y la nueva magia en ausencia de dioses. En su parlamento, habla sobre las nuevas fuerzas militares surgidas en Ansalon, como lo es la Legión de Steel, y hace un llamado a los mortales de Krynn, para tener fe en que el Bien prevalecerá.
ACTO I
APARICIONES
El Heraldo narra en una posada las historias de los héroes que protagonizan la historia narrada en JuRoCE. Comienza describiendo como en el puerto de New Port (continente de Abanisinia) Aelensar Lathe, un introspectivo mercenario humano quién llega sobre su caballo sin poder evitar fijarse en 2 elfas que llegaron a unirse a la misma caravana que él, junto a un viejo y excéntrico anciano; posteriormente notó la presencia de una mujer bella pero cubierta de mugres. Finalmente, da cuenta de la presencia de un par de pequeñas figuras. Una de ellas resulta ser un extraño kender adornado con plumas y portando un pequeño libro. Del otro la raza tuvo que quedar sin ser identificada. En todo caso esto resultaba menos interesante que seguir indagando sobre las elfas, en especial en una cuyos áureos cabellos asomaban levemente bajo la capucha de su capa. Su nombre, se descubriría despues, era Adaline de Silvanesti.
La mujer en harapos (no sólo la mugre la protegía del Sol), buscaba caras conocidas y recuerdos entre las personas allí presentes. Recientemente se encontró casi ahogada aferrándose a la arena, luego de un evidente naufragio. Tanto la nave en que venía, como las memorias que alguna vez tuvo, parecían haberse esfumado entre las olas. Un viejo mendigo fue solidario con ella, y le proporcionó algo de telas secas a modo de ropa. Reconoció en su planta del pie un dibujo del lago Crystalmirk. ¿Por qué había sido tatuado eso en su pie? ¿lo había hecho ella misma?. En todo caso, ese Lago quedaba al lado de Solace, por lo que se las arregló para inscribirse en la caravana que se preparaba para salir en esa dirección.
A todos llamó la atención la llegada de un par de marinos y un guardia con las vestimentas que lo identificaban como perteneciente a la Guardia de la Ciudadela de la Luz. Los 3 personajes venían en una carreta prácticamente vacía. Uno de los marinos le pareció bastante familiar a la mujer en harapos. Se trataba de Gregarious Hilltop. El otro marino, el experimentado Kieran Carr y él habían sido enviados desde la Ciudadela de la Luz en busca de armas a Solace. La paga iba a ser buena, aunque la diligencia resultara aburrida. A Gregarious Hilltop la mujer en harapos también le resultó conocida, aunque con incomodidad tuvo que reconocer que su memoria no daba para más detalles.
La caravana partió hacia Solace sin mayores eventos, hasta que varios días después, un extraño bosque apareció en el lugar de la amplia llanura por la que circulaba la caravana, y de él surgieron 10 jinetes elfos y 9 caballeros cubiertos de armaduras negras. Confudidos, los caballeros preguntaron por "los elfos rebeldes" a los miembros de la caravana. Era evidente que venía en persecución de un grupo de elfos qualinesti.
* * *
En una posada de Solace, Gwydeon Ragnarok, medio-elfo hechicero y afiliado a la Legión de Steel, y Argento D´Alessandro, un leñador con un corazón grande y una estatura pequeña, discutían los detalles de una excursión que harían a las cercanías de Solace. Rumores de fuentes en qualinesti hablaban sobre una nueva forma de encantamiento relacionada con el uso de la obsidiana habían dado motivo a su nueva misión. Con esta misión se ganaría el nombre de Legionario en toda la extensión de la palabra. Dejaría de ser un aprendíz. Al conversar con Argento, éste le dijo conocer un lugar cercano a Solace en el que había una veta de obsidiana, y había accedido a guiárlo por los bosques que rodeaban a Solace, para indicarle el lugar de la veta.
Verificó el equipo del que disponían para hacer el corto viaje, y ambos dieron inicio a la expedición, bajo la vigilancia de una misteriosa figura envuelta en una capa gris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario