tag:blogger.com,1999:blog-59783587080553952332024-03-12T17:36:18.605-07:00Héroes de una Nueva EraEsta es una historia de un grupo de aventureros en el mundo de Krynn (DragonLance) en la Era de los Mortales (Fifth Age / Age of Mortals). Se ha ido escribiendo a partir de correos entre un Narrador y sus jugadores en un grupo virtual para jugar rol por correo electrónico, y posteriormente vía edición colaborativa en Google Sites. Se siguen las reglas del "SAGA System".Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.comBlogger20125tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-2772930763516922512014-01-28T07:42:00.001-08:002014-01-28T14:42:24.524-08:00Acto 1 - Escena 4: El escudo y la niebla negra<span style="font-size: xx-small;">(extraído del site del juego: http://sites.google.com/site/juroceweb )</span> <br />
<br />
De entre los árboles apareció un corpulento humano de cabello oscuro y
facciones aguileñas. Vestía ropas comunes, cubiertas de una camisa de
cota de malla, y algunas placas para proteger hombros y articulaciones.
En el cinto colgaba una rústica espada ancha, a medio desenvainar,
mientras que fírmemente en uno de sus brazos se sostenía el escudo que
había golpeado al maleante. Éste se empezó a ahogar, mientras inhalaba
el oscuro vapor. El guerrero retrocedía ante la nube, apuntando la lanza
hacia ella y el maleante, pero convencido de que cualquier esfuerzo por
dañar físicamente a ese gas era inútil.<br />
<br />
Parte de la nube se
acercaba al claro de la fogata, mientras un grito del maleante se
convertía en ahogo mientras éste se retorcía en el piso. Se sacaba con
desesperación un frasco roto de entre los bolsillos de sus ropajes, al
tiempo que se arrastraba huyendo de la niebla.<br />
<br />
El guerrero
retrocedió un par de pasos, manteniendo el escudo y la punta de la lanza
entre él y la nube, pero tratando de mantener la mirada sobre el
maleante. Al tiempo lanzaba un vistazo rápido sobre el área de la fogata
para ver que nadie más estuviera en peligro ante el avance de la
peligrosa nube. No pudo dejar de extrañarse en ver como un Worg era
llamado por el humano bárbaro. Los Worgs eran conocidas como
inteligentes y perversas monturas de los goblins y otras criaturas
malignas, pero este respondía al llamado de un bárbaro.<br />
<br />
El niño
monje secó una lagrima con su túnica, al confirmar que quien había
recibido su ataque, había muerto. Trataba de contener la hemorragia ya
sin pulso, hasta que el anciano túnica negra le indicó que se retirara,
pues el misterioso gas se acercaba hacia ellos. Tenía un libro en su
mano, y mientras retrocedía un poco, revisaba sus páginas con fruición.<br />
<br />
<div>
<br /></div>
<div>
El humano se aproximó con cautela al grupo, manteniendo el escudo
por delante y la punta de la lanza en guardia hacia el Worg, mientras
decía en idioma común: <i>- ¿Esa bestia está con ustedes? ¿Quiénes sóis?<br /><br />- La "bestia", es mi amigo - </i>dijo el bárbaro, mirando con recelo tanto al humano como a la niebla que se acercaba hacia el grupo. - <i>Mi nombre no tengo por qué dártelo.- </i>Revisó con preocupación a la loba y procedía a levantarla mientras el Worg gruñía en dirección a la niebla.</div>
<div>
</div>
<div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;">El centauro se
irguió, limpió algo de la tierra que tenía encima, sin tocar la sangre
de la que se había impregnado. Se resintió de sus heridas, e intentó no
demostrar el dolor que sentía, su orgullo antes que nada. Ubicó el arco
que había arrojado durante la emboscada, lo tomó y alzó por encima de su
cabeza en señal de victoria, gritando su nombre: </span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;"> “ISPOPLES…! Es mi nombre” </span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;">Cruzó sobre
pecho el brazo que tenía libre, y cerrando sus ojos asintió con la
cabeza en señal de reverencia. Luego, señaló con la punta de su arco al
desconocido que se acercaba, y le increpó:</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;"> “Caballero portador del escudo! ¿Vuestro nombre por favor?”</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;">Observó la niebla
negra que se acercaba, notando que su movimiento no va acorde con el
viento, para alguien que se especializa en la caza con flechas,
resultaba muy extraño. Pasó a señalar con su arco a la extraña niebla, y
preguntó:</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;"> La niebla negra, ¿Es vuestra?</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;">Volviendo a señalar al extraño que se acercaba.</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black;"><i>- Mi nombre es Jin Firesoul, y hago patrullas por estos caminos. Y l</i></span><i style="color: black;">a niebla la provocó ese maleante</i><i style="color: black;"> -</i><span style="color: black;"> dijo
el humano, mientras apuntaba la lanza hacia el sujeto que se retorcía
en es suelo. Cuidando mantenerse a salvo de la niebla, bajó un poco el
escudo para que el centauro pudiera verlo mejor. Luego, viendo al
anciano de túnica, le dijo: </span><i style="color: black;">- ¿Anciano, conoces alguna manera de disipar esa niebla?</i></div>
</div>
<div>
- Hmm... No. Pero puede que pueda saber, cómo saber qué es la
niebla, o saber si es mágica - El viejo hablaba medio respondiendo, y
medio "para sí", buscando algo en un viejo libro que con seguridad debía
tener más de 40 años. El bárbaro miraba con recelo al medioelfo y al
anciano. Como la mayoría de los bárbaros, desconfiaba de los no-humanos,
y la tribu particular de Eldrak, veía con sumo temor a la magia y sus
practicantes, y el anciano claramente era un practicante. El no-humano
mestizo había hablado de forma muy extraña, gesticulando como los magos,
pero nada había pasado. Era mejor no confiarse demasiado.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
A
juicio del medioelfo, muy a pesar de su natural curiosidad por lo
mágico, no era momento de experimentos. Esta niebla no era algo que
hubiese visto antes, pero no aguraba nada bueno.</div>
<div>
- No creo que
tengamos mucho tiempo para estudios, aunque aprecio lo valioso de sus
acciones, maese Osbearn. Considero sensato irnos de aqui de inmediato.
Tomemos a los heridos y pongamos terreno entre esta abobinación y
nosotros.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Espetó, mientras se terciaba el arco
al hombro. Giró sobre sus talones, Emprendiendo su camino fuera del
claro y dijo por encima de su hombro izquierdo:</div>
<div>
<br /></div>
<div>
- ¿Habrá alguno de ustedes que conozca a un kender con una peculiar fascinación con las aves y sus plumas?<br />
<br />
Eldrak
revisó aparte a Trygg, usando lo que tenía a mano para evitar que sus
heridas empeoraran, sin embargo, mantenía sus oidos atentos a la charla
del grupo. No muy seguro de ser capaz de cuidar a Trygg y escuchando una
referencia de Tarasal, o asi lo parecia, decidio seguir al grupo,
cargando a Trygg con sumo cuidado.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Jin pensaba para sí <i>- (Vaya un grupo peculiar) -</i> mientras se acercaba a ellos y relajaba la pose de combate. <i>- Vayamos juntos, quizás una lanza extra les haga falta en algún momento -</i> propuso, mientras comenzaba a caminar para acercarse más a aquella curiosa reunión de razas y profesiones.<br />
<br />
Los
quejidos del asaltante cesaron. Lo poco que se veía de su rostro
mostraba a través de la niebla, una textura arrugada, sin vida. La
niebla empezó a viajar de forma más rápida, y se hizo más densa e
impenetrable. Se distinguían claramente 4 direcciones en las que la
niebla parecía extender tentáculos. Tres avances de la niebla eran hacia
los otros asaltantes caídos, mientras que una tercera porción de la
niebla avanzaba inexorable hacia el bárbaro humano.<br />
<br />
"Batin corak
sihir saya" - dijo el anciano en túnicas de necromante, mientras
levantaba la vista del libro y hacía círculo imaginario frente así, en
dirección hacia la niebla. Abrió los ojos con alarma - "Esta magia está
encantada, pero hay mucho de su poder que no es de la hechicería, maese
Ragnarok, debemos correr, diría yo".<br />
<br />
El barbaro podía concluír lo
mismo, pues la niebla le perseguía, y aumentaba su rapidez a medida que
se "alimentaba" de los cuerpos de los asaltantes. La herida de puñal
dolía un poco al moverse, pero tendría que correr más rápido. El worg
llegó rápidamente a su lado, esquivando a la niebla.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
- Síganme!</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Dijo
el medio elfo, mientras una parte de la niebla que se dirigía hacia el
bárbaro se volvió a separar. Como si fuera un dedo de una mano hecha de
niebla, se dirigió hacia el medio-elfo. Éste partió a paso ligero en
dirección a Solace. Giraba su vista con intención de tener una
percepción de la velocidad de los heridos y juzgar si podían correr como
el resto.</div>
<div>
<br />
El bárbaro logró montar al worg, cargando a la
loba inerte. Ispoples, con mucho dolor, siguió el paso indicado por el
medio-elfo. Osbearn y Uthm seguían de cerca al hechicero legionario. Jin
iba de último, pendiente de que nadie quedara atrás. Ispoples galopaba
con facilidad entre los árboles, y echaba un ojo hacia atrás,
confirmando que la niebla quedaba rezagada.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
<span style="font-size: xx-small; text-align: right;"><i><u>Participantes en la escena:</u><br />Gocho (Eldrak el bárbaro de las montañas, maestro de las bestias),<br />Wladimir (Ispoples el centauro luchador),</i></span><br />
<span style="font-size: xx-small; text-align: right;"><i>César (Osbearn, ex-miembro de la Orden de Nuitari, de la Alta Hechicería, ahora hechicero vagabundo).</i></span><br />
<span style="font-size: xx-small; text-align: right;"><i>Kenny (Gwydeon el medio-elfo hechicero legionario)</i></span></div>
<div>
<span style="font-size: xx-small; text-align: right;"><i>Guácharo (Jin Firesoul guerrero human)<br />Orestes (Narrador)</i></span></div>
Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-54428145399489059382013-12-16T08:50:00.001-08:002014-01-28T07:40:45.771-08:00Acto 1 - Escena 3: El niño, el viejo y el medio-elfo<span style="font-size: xx-small;">(extraído del site del juego: http://sites.google.com/site/juroceweb )</span><br />
<br />
Osbearn estaba un poco cansado por el deambular de Gwydeon. ¿A quién se le ocurre merodear por las afueras de Solace en busca de un kender? incluso si el kender estuviera dentro de una habitación sin ventanas y puertas, sería difícil encontrarlo.<br />
<br />
"Donde cabe una rata, hay dos kenders" - era un dicho común en todo Ansalon.<br />
<br />
El niño seguía con tranquilidad y ojos llenos de curiosidad, al medio-elfo, en cambio. Así, se adentraron en una zona en la que habían ruinas de casa quemadas en la Guerra de Caos. Nadie sabía quién había vivido allí, extrañamente, pero Gwydeon sabía que al kender le resultaba interesante el lugar. Estaba examinando el lugar en busca de algún rastro del kender (por ejemplo una pluma multi-colores caída en el piso), cuando los 3 escucharon ruidos afuera.<br />
<br />
- ¡Si! ¡estoy seguro! El bárbaro de la gema está por acá - decía alguien entre jadeos mientras otros corrían detrás de él. Eran 4 figuras envueltos en negras capas con capucha. Uno de ellos llevaba un arco y un carcaj.<br />
<br />
Luego de discutir un poco con el anciano, Gwydeon lo convención de que siguieran el rastro.<br />
<br />
Al poco rato, llegaron a los bordes de un claro en el que se distinguían los sonidos de una fiera pelea. Un amenazante centauro aplastaba a uno de los misteriosos hombres que gritaba aterrorizado, mientras un bárbaro mordía a otro. Un tercero corría detrás de un lobo, y una inmensa bestia peluda, del tamaño de un pony, corría hacia el cuarto, que no cesaba de dispararle flechas. Tanto el bárbaro como el centauro estaban heridos.<br />
<br />
Ispoples, el centauro, mordía el cuello del humano, tratando de aferrarse a él e impedir su escape. La sangre empezó a brotar con fuerza, mientras el asesino rápidamente cesaba el forcejeo hasta quedar inerte. La sangre resbalando por el rostro del centauro, las manos aferrándo a su presa cual garras, él encima, cuál ave de rapiña.... la visión de sus pesadillas en las que volaba como ave, cazaba un caballo, y se descubría alimentándose de uno de sus congéneres, se interpuso sobre la imágen de lo que le rodeaba, por un eterno segundo. Abstraído de su entorno, no entendía lo sucedido. Miraba el cuerpo sin vida de su atacante, detallando su cuello destrozado, la sangre regada por todos lados, incluso sobre él mismo. Solo recordaba sentirse envuelto en llamas en la fogata, y luego unas imágenes de sus pesadillas nublaron su mente. Ahora, finalmente se encontraba sobre su atacante derrotado y rodeado por extraños que luchaban contra aquellos que hasta hace un rato los atacaban.<br />
<br />
Desde el borde del claro, Gwydeon reflexionaba - No era de caballeros entrometerse entre las disputas de los otros - pero aún asi el legionario sintió encenderse la sangre dentro de sus venas. Frente a una batalla tan desequilibrada no cabía sino parcializarse y tratar de, al menos, devolver las cosas a su equilibrio.<br />
Su mano izquierda fue instintivamente al mango del largo puñal que pendía de su cadera, su mano derecha dibujaba un arcano signo en el centro de su pecho. Sus labios se juntaron para pronunciar un escudo protector:<br />
- Teyva illa...<br />
<br />
Corrió<br />
a interponerse entre los caídos y sus atacantes, la vista puesta en el<br />
arquero de capa negra. Su puñal a medio desenfundar. - ¡ALTO AHORA MISMO!<br />
<br />
Se dejo escuchar en el medio del claro...<br />
<br />
Al escuchar el grito de Gwydeon ordenando el alto, Osbearn colocó el báculo ligeramente en el pecho del niño, como una señal para que se detuviera, mientras el viejo mago observaba con mayor detalle la situación.<br />
<br />
La figura de negro que forcejeaba con el bárbaro, abrío súbitamente los brazos pronunciando un breve bramido ininteligible, mientras gritaba - !Vámos¡ -. Ahora el bárbaro sentía que luchaba contra la fuerza de un ogro.<br />
<br />
El worg alcanzaba casi al arquero de negro, que se alejó unos pasos antes de montarse en uno de los árboles. En ese instante, el otro asesino que perseguía al lobo cesó la persecución lanzando una daga hacia el recién llegado medio-elfo. La daga, antes de acercarse más al cuello de su objetivo, se desvió perdiéndose entre las ramas de los árboles que rodeaban el claro. El hombre tenía mirada sorprendida, pero arrancó en la huída velozmente.<br />
<br />
El monje permanecía atento a cualquier acción u orden del mago, pero Osbearn le dijo - Espera aquí atento, si alguien se acerca intenta detenerlo - mientras el mago empezaba a revisar su túnica en busca de algo.<br />
<br />
La loba se acercó al asesino que forcejeaba con el bárbaro e intentó morderle, pero con una fuerza descomunal éste agitó su pié, golpeándola en la cabeza y dejándola inconsciente. Por su parte, el worg embestía el árbol por el que había subido el asesino que portaba un arco. Sin embargo este continuó su camino por las ramas. Ágilmente saltó hacia otro de los árboles, alejándose de la escena.<br />
<br />
Mientras tanto, el barbaro hizó acopio de toda su fuerza, hincando dientes y manos en la carne de su oponente, a la espera que su fiel lobo atacase a su enemigo sujeto. Solo gruñidos y quejidos se escuchaban, usando sus piernas para dificultarle el movimiento. La figura de negro rompió el agarre con los brazos, rápidamente apretando la mandíbula del bárbaro forzándolo a abrir la boca. Casi le disloca la mandíbula en el proceso.<br />
<br />
El asesino que había atacado infructuosamente al medio-elfo, corría velozmente, mientras la mirada del hechicero legionario se enfocaba en él... - No en mi bosque... Pensó el legionario mientras, con la mano derecha tomaba el arco. Tomando su largo puñal en la mano izquierda con el meñique y el anular, sosteniéndolo por un aro en la empuñadura, cargó una flecha con los dedos libres. No le agradaba nunca la idea de atacar a un oponente que se batía en retirada, pero estos eran asesinos. Nadie usaría mentalismo contra un mercenario, a menos que no tenga dinero para pagar por sus servicios. Ellos habían entrado al claro con intención de matar, y al ver balanceada la contienda optaron por huir.<br />
<br />
- Cobardes, no en mi bosque. Apuntó a su atacante y relajó su mano izquierda. La flecha se clavó con un sonido seco en el brazo izquierdo del asesino, arrancándole un gemido de dolor. Sin embargo, siguió corriendo como alma que lleva el demonio, buscando poner más bosque entre él y el arco del medio-elfo. Nadie le dijo que se iba a enfrentar a un hechicero, porque sólo la magia podía haber desviado una daga de esa forma.<br />
<br />
El viejo mago le indicó a Uthm - Si puedes encárgate de aquel que anda luchando allá, ya verás como me encargo del otro - Mientras decía esto, con su mano recogió algo de tierra, dió una rápida vuelta mientras arrojaba el puñado al aire, mientras decía<br />
<br />
¡Edar Austrat Laraek!<br />
<br />
Una vez dichas estas palabras, el puñado de tierra fue transformado en unos dardos de tierra, los cuales salieron disparados rápidamente en la dirección del asesino que intentaba huir por los árboles, mientras el monje corria a aplicarle una patada rastrera a la figura de negro, intentando tumbarlo.<br />
<br />
Los dardos cortaron el aire con su afilada punta, hasta clavarse profundamente en varias partes del cuerpo del asesino, quién perdió el balance a causa del dolor, precipitándose aparatosamente al suelo. El impacto en la cabeza lo dejó inconsciente, mientras los dardos se deshacían, dejando las heridas llenas de la tierra usada por el mago túnica negra.<br />
<br />
El monje aterrizaba también, concentrandose en convertir sus piernas en una gran tenaza, atrapando y llevándose con todo su peso, una de las rodillas del siniestro hombre. Sintió quebrarse la articulación, y notó el olor metálico de la sangre. Había provocado una fractura en su oponente, y un afilado trozo de hueso de la pierna sobresalía por entre las fibras del oscuro pantalón. El sujeto cayó al piso desmayándose al ver el estado de su pierna.<br />
<br />
Eldrak decidió que buscar a su lobo y revisarlo erá más importante que cualquier otra cosa y las personas que acababan de aparecer no le inspiraban confianza suficiente. Corrió al lado de Trygg a la vez que silbaba un llamado a Fearg para que viniera a su lado. El Worg se detuvo, debatiéndose entre seguir al asaltante y obedecer. Sin embargo, la sangre del bárbaro había sido vertida, lo que podría significar que necesitara su ayuda. Se empezó a devolver en dirección a Eldrak, mientras huía el misterioso maleante.<br />
<br />
Un ruido fuerte, seco y fuerte, de hueso roto, vidrio roto, y metal contra metal y metal contra madera, se dejó oír en el bosque mientras el malechor caía hacia atrás gravemente golpeado por un escudo mediano que se había interpuesto en su carrera. Un gas negro empezó a brotar de alguna parte de las ropas del asaltante.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small; text-align: right;"><i><u>Participantes en la escena:</u><br />Gocho (Eldrak el bárbaro de las montañas, maestro de las bestias),<br />Wladimir (Ispoples el centauro luchador),</i></span><br />
<span style="font-size: x-small; text-align: right;"><i>César (Osbearn, ex-miembro de la Orden de Nuitari, de la Alta Hechicería, ahora hechicero vagabundo).</i></span><br />
<span style="font-size: x-small; text-align: right;"><i>Kenny (Gwydeon el medio-elfo hechicero legionario)<br />Orestes (Narrador).</i></span>Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-84765774239357953642013-12-10T04:10:00.003-08:002013-12-10T04:12:09.637-08:00Acto 1 - Escena 2: El asalto<span style="font-size: xx-small;">(extraído del site del juego: http://sites.google.com/site/juroceweb )</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://sites.google.com/site/juroceweb/galeria/worg.jpg?attredirects=0" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="193" src="https://sites.google.com/site/juroceweb/galeria/worg.jpg?attredirects=0" width="200" /></a></div>
Los lobos se incorporaron, y bajaron la cola, iniciando un gruñido. Le gruñían a la noche, que al parecer les tenía más de una sorpresa.<br />
<br />
Al escuchar el gruñido de Trygg y de su montura, Eldrak hizo señas a ambos para que callaran y poder escuchar mejor lo que sucedía a su alrededor. <br />
Lentamente y en silencio miró a Ispoples para ver si sus reacciones mostraban las mismas dudas que él tenia, o si al contrario, delatasen que tuviese una idea de que podría estar incomodando a los canes que les acompañaba<br />
<br />
El bárbaro ecuchó una presencia en una rama de un árbol, casi sobre ellos. Evidentemente desenfundaba una hoja metálica de algún tipo. Detrás del centauro había una persona que tropezaba una rama y detrás de él mismo escuchó el rechinar de un arco al tensarse. También vio a contraluz una silueta envuelta en una especie de túnica, agacharse al piso hasta casi desaparecer.<br />
<br />
Ispoples observó a las mascotas de Eldrak, y pensó que algo en los alrededores los está perturbando. Intentó fijar la dirección de lo que incomodaba a Trygg, pero como el animal se mostraba errático, no le quedó más remedio hacerlo él mismo. Desconfiando de su entorno tomó una flecha de su espalda, y armó su arco dejandolo a medio tensar, apuntando al suelo mientras hurgaba con la mirada los alrededores.<br />
<br />
Ispoples vio rápidamente a sus atacantes con sus penetrantes ojos. Todos tenían túnicas oscuras, y botas suaves de cuero oscuras. Eran casi invisibles, por la habilidad con que se habían escondido, pero sus pupilas los buscaron con facilidad.<br />
<br />
<a href="https://sites.google.com/site/juroceweb/galeria/assassin.jpg?attredirects=0" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://sites.google.com/site/juroceweb/galeria/assassin.jpg?attredirects=0" width="196" /></a>Con la velocidad de un rayo, se levantó del piso el que se había agazapado, y en un visto y no visto, se acercó a una velocidad sobrenatural sobre el bárbaro. Del árbol se lanzó hacia el centauro otro de los atacantes. Al mismo tiempo, una flecha fue disparada en dirección al Worg. Un último atacante lanzó una daga hacia el lobo.<br />
<br />
La flecha lastimó al Worg en un costado, haciéndolo chillar, para luego lanzar un auyido de rencor. Se dirigía a su atacante con su acostumbrada fiereza y rapidez. La daga dirigida a la loba rozó su cabeza para perderse en la oscuridad. La loba corría también hacia su atacante.<br />
<br />
Ispoples con el seño fruncido, gruñendo molesto por la emboscada, soltó el arco y la flecha, nada más para elevarse sobre sus patas traseras con<br />
gran determinación y carácter, al encuentro de su atacante. Utilizó su brazalete para esquivar el ataque de la daga del atacante que caía sobre él. Un fuerte dolor en el brazo le confirmó que acababa de ser apuñaleado. La maniobra del acechador lo hizo caer sobre las brasas de la fogata, causándole un dolor insoportable. El ambiente adquirió el olor a carne quemada.<br />
<br />
El ataque inminente hacia Eldrak hizo que se lanzara a un lado rodando mientras agarraba su fiel maza que siempre tenía a su lado. <br />
De manera automática silbó una comando a sus canes para que ambos atacaran a un solo enemigo de manera que el ambos eviten ser gravemente lastimados. Se sentía ligeramente reconfortado por tener a su lado al centauro que parecía decidido a mantener su posición sin ceder.<br />
<br />
El bárbaro pudo quitarse de la línea en la que venía cargando contra él su enemigo. Aún así se encontraba al alcance de su daga, por lo que trata de desviar a su enemigo haciéndose a un lado. Eldrak gruñó de dolor cuando sintió el filo metálico abriéndose paso entre la piel de oso que le cubría y su propia piel.<br />
<br />
El dolor incomoda al joven barbaro que decide evitar males mayores. Con un fuerte silbido que indica ataque, llama a Trygg y a Fearg el worg, mientras agarra con ambas manos a su atacante para evitar que se aleje de la posición en la que esta, y le clava sus dientes a fin de reforzar su agarre...<br />
<br />
Con la ira creciente producto de su orgullo roto, Ispoples le aplicó una llave al enemigo e intentó rodar con este a cuestas, para alejarse del contacto directo con las llamas. El enemigo del centauro, en un visto y no visto, estaba en el piso doblegado por el centauro, con su mano inmobilizada. Algo debió haberse quebrado, porque sentía un dolor inmenso en una rodilla...<br />
<br />
...dientes que se muestran, la baba corre al mentón, ojos que se desorbitan, uñas que se hincan, y una voz profunda, que solo llega al oído del inmobilizado - El hambre que tengo aún no se sacia... tu pirueta hizo que tirara el conejo al suelo - retorciendo más la mano inmobilizada, el centauro le observó sádicamente el cuello, y entonces continuó - pero el olor de tu sangre... mmmmm!... me es irresistible... sigue luchando y con placer... te devoooooro...<br />
<br />
- Aaaargh! - fue la respuesta desesperada del humano que yacía bajo el peso del centauro, al tiempo que forcejeaba con desesperación y dolor. Sudaba frío.<br />
<br />
Mientras tanto, el atacante del bárbaro se retorcía de dolor. Trató de zafarse, pero esto no hacía sino incrementar el dolor que sentía. Empezaba a preguntarse si los huesos que llevaba el humano eran de personas que él se había comido.<br />
<br />
El bárbaro pudo notar que Trygg se acercaba velozmente para atacar al prisionero de sus dientes. Alguien salió de la maleza con un par de dagas, para atacar al lobo.<br />
<br />
El worg se alejó de la fogata, en pos de quien le había herido. Su sobrenatural gruñido rabioso le antecedía sembrando temor. Una flecha más pasó cerca de este, pero la forma en que el worg se acercaba no le facilitaba las cosas, porque no se acercaba en línea recta, sino en zig-zag.<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"><i><u>Participantes en la escena:</u><br />Gocho (Eldrak el bárbaro de las montañas, maestro de las bestias),<br />Wladimir (Ispoples el centauro luchador),<br />Orestes (Narrador).</i></span></div>
Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-32640036417614195612013-12-04T12:41:00.001-08:002013-12-10T04:12:58.570-08:00Acto 1 - Escena 1: Al calor de la fogata<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-family: arial, sans-serif;">(extraído del site del juego: </span></span><span style="color: #260a00; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;">https://sites.google.com/site/juroceweb)</span><br />
<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-family: arial, sans-serif;"><br /></span></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://sites.google.com/site/juroceweb/_/rsrc/1341471859316/personajes/jugadores/ispoples-de-roaring-falls/hm3-beta(3).png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://sites.google.com/site/juroceweb/_/rsrc/1341471859316/personajes/jugadores/ispoples-de-roaring-falls/hm3-beta(3).png" width="133" /></a><a href="https://sites.google.com/site/juroceweb/personajes/jugadores/Eldrak%20Version%201.jpg?attredirects=0" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="188" src="https://sites.google.com/site/juroceweb/personajes/jugadores/Eldrak%20Version%201.jpg?attredirects=0" width="200" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://sites.google.com/site/juroceweb/_/rsrc/1341471859316/personajes/jugadores/ispoples-de-roaring-falls/hm3-beta(3).png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-family: arial, sans-serif;">-15 de Septiembre, año 32 Saer Cataclius.</span><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><span style="font-family: arial, sans-serif;">Eldrak, acompañado por sus dos fieles caninos, e Ispoples el centauro, descansaban a las afueras de Solace. Quizá un poco más que las afueras, debido a que había mucha gente en ese asentamiento, debido a las fiestas previas a la procesión que se hace anualmente en honor a "Los Últimos Héroes". Tarasal insistía en que debían asistir.</span><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><span style="font-family: arial, sans-serif;">A Ispoples, le comentó que los Últimos Héroes, en particular el grupo de aventureros más famoso de los últimos tiempos, conocidos como "Los posaderos", habían sido quienes habían salvado a Krynn en la guerra de Caos, y también cuando los Señores de los Dragones, y sus ejércitos, intentaban dominar el continente entero, para ofrecérselo a la Diosa Thakhisis, la diosa de la maldad.</span><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><span style="font-family: arial, sans-serif;">Este grupo había atravesado el "Darken Wood", y hablado con el Maestro del Bosque en persona. Habían sido transportados por centauros y por pegasos... un lujo que se ofrece a pocos mortales.</span></span><span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-family: arial, sans-serif;">A Eldrak, le dijo que era muy interesante, pues en el grupo estaba también el bárbaro guerrero más famoso de todo el contiente, quién fuera el consorte de Goldmoon, quien redescubriera la magia clerical, y la magia mística, más recientemente. Aparte de eso, Solace era un sitio menos hostil que otros para personas poco acostumbradas a la civilización.</span><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><span style="font-family: arial, sans-serif;">- Sin embargo, mejor es si consigo a alguien de la legión, o alguien conocido, que nos acompañe. La gente suele prestar poca atención a nosotros los kenders, y eso me hará difícil hacer que a ustedes los respeten, en caso de haber un problema. - El kender se imaginaba como poco factible, un escenario en donde un grupo de humanos dejaban de molestar al centauro, tan sólo porque un kender se los exigiera.</span><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><br style="font-family: arial, sans-serif;" /><span style="font-family: arial, sans-serif;">Fue entonces al final de la tarde a Solace, dejando a Ispoples y a Eldrak frente a la fogata.</span></span><br />
<div style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px;">
<br /></div>
<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-family: arial, sans-serif;">Eldrak asaba un conejo que se había procurado cazando junto con Ispoples. El aire traía murmullos de las personas acampando en los alrededores de Solace, y múltiples olores de las comidas preparadas en espera de la noche.</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-family: arial, sans-serif;"><br /></span></span>
<br />
<span style="color: #260a00; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #260a00; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><i><u>Participantes en la escena:</u></i></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #260a00; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><i>Gocho (Eldrak el bárbaro de las montañas, maestro de las bestias),</i></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #260a00; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><i>Wladimir (Ispoples el centauro luchador),</i></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #260a00; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small;"><i>Orestes (Narrador).</i></span></div>
Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-40973984119031224932013-12-04T12:24:00.002-08:002013-12-04T12:26:15.779-08:00Heroes de una Nueva Era - Prólogo(A continuación, el prólogo de la crónica Héroes de una Nueva Era, jugado vía "play-by-post" via google sites, con reglas de SAGA System en Dragonlance 5th Age / Age of Mortals)<br />
<br />
<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: 'courier new'; font-size: 13.600000381469727px;">- 1ero de Enero, año 31 Saer Cataclius.</span><br />
<br style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px;" />
<br />
<div style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px;">
"Yo lo veo todo.<br />
<br />
Soy el Heraldo, cantor de canciones, contador de historias. He visto ocurrir muchas cosas a lo largo y ancho del continente de Ansalon, y he aprendido aún más de lo que he visto. Así, ahora me detengo, pues a medida que el atardecer trae oscuridad y luz de estrellas a este<br />
día, entramos en lo que los maestros del tiempo llamarían la Era de los Mortales - La Quinta Era de Krynn.<br />
<br />
De las sombras de estas tierras desoladas por guerras, temibles y enormes dragones han emergido para subyugar a las razas que dan vida y sentido a Krynn. Los dioses se han ido sin dejar a nadie para contener a estas fantásticas criaturas del mal, más poderosas que cualquiera que hayamos conocido. Y así, he venido a hacer lo que debo en este importante momento. Soy un hombre sin memorias propias - mi mente sólo conoce las memorias del mundo. Quizá dentro de las palabras de mis historias yace el secreto que permitirá que haya un nuevo amanecer en Ansalon.<br />
<br />
Treinta años atrás, el Caos vino, literalmente, manifestándose ante nuestros ojos, la encarnación de la furia de aquel que constituye la antítesis del órden de las cosas. Un malentendido aflojó las cadenas que reprimían a su malévolo poder, de cuya misma esencia los dioses forjaron el mundo. Una vez libre, Caos desafió el tesoro más querido de los dioses: el mundo de Krynn. A través del poder de la magia, en ese verano, al que han optado por llamar "el Verano de Caos", todos los hijos de los dioses se juntaron y forzaron la huída de Caos. Éste último aceptó retirarse, pero no sin antes ordenar a los dioses que<br />
lo siguiesen. Esa fue su última afrenta en Krynn: la de apostar con los dioses, a la autodestrucción de ese Krynn sin dioses que dejaban al final del caluroso verano.<br />
<br />
Ahora, más que nunca en la historia de Krynn, los mortales se encuentran sólos. Al irse los dioses, se han cerrado las puertas a su más preciado regalo: la magia. Sin ella, los mortales no son competencia de los primeros hijos de la diosa del Mal, la llamada "Reina de la Oscuridad". Ellos, los dragones, son ahora libres de gobernar. Desde más allá de los mares conocidos en Ansalon viene una raza de Grandes Dragones, liderizados por Malystryx la Roja. En una violenta Purga de Dragones, estos grandes y antiguos<br />
dragones lucharon entre si, para reclamar las tierras de Ansalon como suyas. En el amanecer de esta nueva era, los mortales lucharon una batalla desesperada para sobrevivir a las luchas de los colosos hijos de Takhisis, quienes parecían ignorar, o desestimar, la destrucción que causaban en el mundo.</div>
<div style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px;">
Pero a pesar de que los dioses nos han abandonado, yo digo que aún hay esperanza. Nuestro mundo no fue salvado de Caos para ser dado a los dragones. No fue creado para ellos. Ellos no le pertenecen. Yo percibo que se acerca un momento crucial, la luz del Bien brilla entre los humos del velo oscuro del reinado del Mal. Los nuevos hechiceros han recurrido a la forma más antígua y primigenia de las<br />
formas de magia, para restaurar mucha de la antigua magia de nuestro mundo. Nuestra Ciudadela de la Luz nos enseña a mirar en nuestro interior para encontrar el poder de nuestros propios Corazones. Nuestros espíritus, dicen ellos, son las creaciones más valiosas de los Dioses, y en ellos reside la más especial de las formas de magia.<br />
Los Caballeros de Solamnia continuan dando ejemplo y aliento a las fuerzas del Bien, la Legión de Steel lucha por la justicia, enseñando discernimiento a las mentes de juicios demasiado veloces, y practicidad a las mentes de juicios lentos. Y aún hay más. Los Dragones Metálicos, los primeros hijos del dios del Bien, Paladín el Guerrero Plateado, yacen escondidos, trabajando aún en el mundo.<br />
<br />
Esta es una era de descubrimientos, una era de aventuras, un tiempo de héroes, un momento de esperanza. Levántate, amada Krynn, que ha llegado el amanecer de la Quinta Era, la de los Mortales. Conoced esto, gentes de Ansalon: el Bien prevalecerá...<br />
<br />
...sólo depende de nosotros."</div>
<br style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px;" />
<br style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px;" />
<span style="background-color: white; color: #260a00; font-family: Arial, Verdana, sans-serif; font-size: 13.600000381469727px; font-style: italic;">El Heraldo</span>Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-808817686219206272012-12-14T13:52:00.004-08:002012-12-14T14:00:38.104-08:00Jugando Dragonlance en Afganistan: la historia de un soldadoTranscribo acá un relato publicado por Trampas Whiteman en el 2007, en la página oficial de los fans de Dragonlance, <a href="http://www.dlnexus.com/" target="_blank">Dragonlance Nexus</a>. Habla de la experiencia de un soldado "rolero", que recibió de una de las creadoras de la Dragonlance, los materiales para jugar. Más de 40 soldados jugaron en distintas ocasiones, amenizando la difícil experiencia que es estar en una guerra.<br />
<br />
No tiene pérdida! Espero les guste....<br />
<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i><b>Dragonlance Gaming in Afghanistan: A Soldier's Tale<br />by Jeffrey Empey</b><br /><br />Editor's
Note: A few years back, in 2003, Jeffrey had e-mailed me about possibly
getting some gaming supplies for some of the troops in Afghanistan.
Being the son of a veteran myself, I immediately passed Jeffrey's e-mail
along to Sovereign Press (now Margaret Weis Productions), who had set
Jeffrey up with materials to game. Jeffrey recently e-mailed me with the
results. His e-mail touched me deeply. He has given me permission to
share his letter with you.</i><br />
<div style="text-align: right;">
<i><i>-Trampas Whiteman</i></i></div>
<i>
<div style="text-align: right;">
<i>November 9, 2007</i></div>
</i><br />
<blockquote>
To all of you who helped me years ago,<br />
My
name is Jeffrey Empey and I am a Staff Sergeant in the Pennsylvania
Army National Guard. It was late winter early spring in 2003 the last
time I wrote you and the unit I was assigned to then was getting ready
to deploy to Afghanistan. That was my second combat deployment. I was
active duty then and assigned to the 10th Mountain Division out of Fort
Drum, NY.<br />
The letter I sent explained how we were getting ready
to deploy and that some of us played AD&D but were short on
supplies. The hectic schedule just kept us extremely busy and things
move very fast while preparing for a large movement. Nobody there at the
Nexus may remember but the letter I sent via e-mail was, to my pleasant
surprise answered by Margaret Weis. She said that she would do
everything in her power to help us out. Well a short time later I
received a package in the mail. Its contents included signed copies of
the new Dragonlance Campaign Setting, the Age of Mortals supplement and
various other supplies. All of these things definitely got their use.<br />
A
short while after we got in country a small group of us started to
play. I used "The Sylvan Key" in the back of the book to start things
off. Out of the four of us that started only two of us had actually
played in the past. Now keep in mind that we were and I still am in the
Infantry...a grunt. Well I'm sure you can imagine that we took our fair
share of ribbing. But there is a beautiful thing about the situation in
which we found our selves.<br />
For the majority of that tour I was in
a small firebase near the border of Pakistan in Afghanistan. This base
housed an infantry company plus some add-ons. Not a whole lot of
breathing room. The base consisted of an Afghanistan compound. The type
made of hard dried mud. My room was, maybe a little longer but not wider
than a single car garage. I have reason to believe the locals we leased
it from used it as a stable. Anyway I had the pleasure of sharing our
stabling with about 25 other sergeants. We had bunk beds, kinda.<br />
As
you can see the living conditions were a little cramped. My bed (well
wooden slat really) was the first one you pass when you come in the
doorway and our little playing area was just off the foot of the bed.<br />
We
played every chance we got and had a great time. When one of the other
guys would come in the hooch (room) they would make a snide remark or
chuckle or what ever.<br />
Obviously in great tradition we carried on
having a blast....I'll get to that later, bad pun. So time went on. Some
of those hecklers had no choice but to see us laughing and carrying on
like a bunch of Kender in a Solace prison. Anyway some of them started
watching the game as it evolved. And wouldn't ya know the question
eventually came. "Can I play?"<br />
I think we rotated out something
like 40 different players out of three campaigns over 9 months. The
character turnover though not rapid was frequent enough that we
laminated the character sheets with acetate so we could erase everything
with ease. If someone would die there was always someone waiting to
take his place. It was amazing. I have never really experienced anything
like it. It was like some kind of Dragonlance camp at times. We had
periods of time where we would play for hours on end day after day.<br />
Missions,
guard duty, and other events would interrupt us of course. And
frequently...for long periods of time. Anyway, there is nothing quite
like rolling dice just to have them tossed off the table because an
enemy rocket exploded a little too close for comfort. I would get off of
a mission take a shower, grab a bite maybe take a quick nap, but always
go back to the game. It's amazing just how much laughter can come out
of a dismal situation.<br />
People ask me what it was like over there.
I always give the standard "Its dusty" but when they ask I always
remember my friends and I laughing our asses off. Playing the game was
our escape from war. That's how we got away.<br />
Well we got back and
life happened. I got out of active duty and went back home to Erie, PA.
I lost touch with almost everyone in the unit...but I still have a
campaign setting that smells of the desert and a small stack of
characters who make sporadic appearances in various parts of Krynn.<br />
Well
as I said before I am now in the PA Army National Guard.
Infantry...again. And surprise surprise, I get to go on my third all
expenses paid trip to the land of dust. Actually we may be going over to
the land of sand but we won't know until the last minuet. This recent
news just got me to remembering, I never thanked you for all you have
done. At the very least you saved me from spending the time I had off
staring at the bottom of the top bunk for 9 months. But you helped keep
me and my friends from dwelling on things best left un-dwelt upon. Thank
you.<br />
Now that Dragonlance is battle tested and combat approved
you can be sure that all of your favorite characters of the past and
present will be going to war with me...again.</blockquote>
</blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<blockquote style="text-align: center;">
Yours truly,</blockquote>
</blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<blockquote>
<div style="text-align: right;">
Jeffrey Empey</div>
<div style="text-align: right;">
SSG Infantry</div>
<div style="text-align: right;">
PAANG</div>
</blockquote>
</blockquote>
Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-50907758303422764702012-06-15T07:34:00.000-07:002012-06-15T07:34:00.815-07:00JuRoCE - Nueva Era, progresando...<div style="text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4th3rPD16EvUCAur6pABm6xyggkQQNuf_wMkCU1t-Er6qbheCWXs5Qz0qg8G7yr39cJljRpDR8IDncIHPiJSx_T7P5NB2iMpi_irOs9RA1noc5A0qNEeBCeTDq5YIwbtyZ-PgmKXXACc/s1600/JuroceNuevaEra.gif" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="151" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4th3rPD16EvUCAur6pABm6xyggkQQNuf_wMkCU1t-Er6qbheCWXs5Qz0qg8G7yr39cJljRpDR8IDncIHPiJSx_T7P5NB2iMpi_irOs9RA1noc5A0qNEeBCeTDq5YIwbtyZ-PgmKXXACc/s200/JuroceNuevaEra.gif" width="200" /></a></div>
Tengo el agrado de comentar que el JuRoCE en su Nueva Era, jugado en <a href="https://sites.google.com/site/juroceweb/home" target="_blank">este google-site</a>, ha ido progresando. Si bien hay 3 jugadores que han estado inactivos, el resto ha participado de forma más o menos contínua.<br />
<br />
Seguimos experimentando con formas para evitar que el juego se "duerma". Espero tengamos éxito en eso!<br />
<br />
En la página hemos colocado un "sketch" con algunos de los personajes, creados en la aplicación online <a href="http://www.heromachine.com/" target="_blank">HeroMachine</a>.<br />
<br />
¡Seguiremos informando!Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-90711953109006455072012-05-04T15:30:00.002-07:002012-05-04T15:31:02.263-07:00La maldición de los juegos de rol en líneaCito/traduzco un párrafo de la página <a href="http://www.nuketown.com/node/2071" target="_blank">nuketown</a>: <br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
Jugar juegos de rol en línea es un infierno. Sea por blog, foro, correo electrónico, (...) [etc], mantener un juego puede ser casi imposible. Aunque no tengo información específica sobre esto, mi apuesta sería que sólo 1 en 10 juegos en línea tienen éxito, y esto es probablemente brutalmente optimista - el número verdadero probablemente está cerca de 1 en 50.</blockquote>
<br />
<br />
Así pues, JuRoCE, en su versión vía correo electrónico, no hizo sino engrosar la estadística (ya bastante gordita) de juegos de rol en línea "fracasados".<br />
<br />
Esperemos que nos vaya mejor con <a href="http://sites.google.com/site/juroceweb" target="_blank">esta nueva versión en google sites</a>, con una dinámica similar a los juegos play-by-wiki. En cuanto pueda, tomaré varios de los consejos de este post que he citado.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-14930987606671387692012-04-27T06:42:00.004-07:002012-04-27T06:42:50.406-07:00Reactivación de la Crónica de JuRoCERecientemente JuRoCE se ha reactivado. La historia se ha recomenzado algunos días luego de los hechos que acontecieron la última vez que se jugó. Ha habido los siguientes cambios:<br />
1) Algunos jugadores (y personajes) ya no están participando, por distintos motivos. Se mantienen Gwydeon Ragnarok, Osbearn Stronghelm y Tarasal Pocketfinder.<br />
2) Hay nuevos jugadores (y personajes): Un bárbaro del norte, un centauro luchador, y próximamente un héroe de capa-y-espada.<br />
3) El juego se está jugando escribiendo de forma colaborativa en un "site" de google: <a href="https://sites.google.com/site/juroceweb">https://sites.google.com/site/juroceweb</a>. Esto facilitará el seguimiento de la crónica, y ahorrará trabajo al narrador!<br />
4) Se abandona la TiddlyWiki que se había creado para JuRoCE. Se sigue actualizando esporádicamente la <a href="http://sagapedia.tiddyspot.com/" target="_blank">SagaPedia</a>.<br />
<br />
El sistema de juego sigue siendo SAGA System.<br />
<br />
¡Esperemos que esta crónica si podamos tener la constancia como para terminarla! (eso va principalmente conmigo, que soy el narrador :$ )<br />
<br />Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-53260266776910953352010-04-16T14:57:00.000-07:002010-04-16T15:03:50.925-07:00"Enciclopedias" TiddlyWiki de SAGA y JuRoCEJugando con la tecnología TiddlyWiki, he construído dos "enciclopedias" (en realidad guías de referencia rápida) sobre el sistema de juego SAGA para DragonLance en la Era de los Mortales, y una sobre la crónica que ha tenido lugar en JuRoCE:<ul><li><a href="http://sagapedia.tiddlyspot.com/">SAGApedia</a></li></ul><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhITxI9NkNaXigYKVYvMjVxZ8a8IhMiP8Pij9D2iI5OJz0R5D123mDdg_mXwx1cJeo6zPcYC5AXkEQ7LAAYVmvrd4Zb3bpldXHLsBH0OBxU_jnAt81LVA6QKDBnySA-lEg7UcCkXEGl5sY/s1600/sagapedia.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 200px; height: 108px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhITxI9NkNaXigYKVYvMjVxZ8a8IhMiP8Pij9D2iI5OJz0R5D123mDdg_mXwx1cJeo6zPcYC5AXkEQ7LAAYVmvrd4Zb3bpldXHLsBH0OBxU_jnAt81LVA6QKDBnySA-lEg7UcCkXEGl5sY/s200/sagapedia.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460859200594174386" border="0" /></a><ul><li><a href="http://jurocepedia.tiddlyspot.com/">JuRoCEpedia</a></li></ul><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-PEriaj0-TiIgLwIeqlY1IoPybRfUGiunZ9LhZwYcqHoDnpXzKaJjtcLQTXZYC7yZ27sLoTuJ3SBNC4f9TfnqYnonimVvn_hkirLRkroRU-CunYzYCf0FnQps-iYKKgQNnUWAneXJF7Y/s1600/Jurocepedia.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 200px; height: 104px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-PEriaj0-TiIgLwIeqlY1IoPybRfUGiunZ9LhZwYcqHoDnpXzKaJjtcLQTXZYC7yZ27sLoTuJ3SBNC4f9TfnqYnonimVvn_hkirLRkroRU-CunYzYCf0FnQps-iYKKgQNnUWAneXJF7Y/s200/Jurocepedia.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460859388875721106" border="0" /></a><br />Espero pronto retomar JuRoCE, aunque no tengo moral para prometer nada... :o)<br /><br />Por lo pronto me sirvió para agarrar experiencia con la herramienta. Pienso usarla prontamente como herramienta de apoyo en las clases que dicto en la universidad.<br /><br />No debería olvidar mencionar que la JuRoCEpedia fue inspirada por <a href="http://www.encounteraday.com/">EncounterADay</a>.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-31091445724157969882008-05-30T07:12:00.000-07:002008-12-12T20:32:05.025-08:00Resumen de la 3ra CompilaciónFE DE ERRATAS: en los anteriores resúmenes, dije que en la sección de "Links" podían acceder a la versión detallada de la Compilación. Sin embargo, eso es totalmente errado, es en la sección de "Files" del <a href="http://games.groups.yahoo.com/group/JuRoCE/">grupo yahoo</a>... disculpas por las molestias causadas! Ahora si.... continuemos con el 3er resúmen para ponerse al día con la historia! Acompañando a este resumen, encontrarán un esquema en donde se muestra la localización de los personajes de la caravana.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">3ra COMPILACIÓN</span><br /><br />Gwydeon respondió la señal y brevemente pidió al par de figuras identificarse, no sin antes hacer notar su inconformidad con el método utilizado para contactarlo. Hizo con cautela una segunda señal secreta de la Legión de Steel. Si respondían a esa última, era prácticamente seguro que los encapuchados eran efectivamente legionarios.<br /><br />Argento, por su lado, procuraba mantener su hacha en su mano, mientras lo invadía la frustración de haber caído tan fácilmente, estando en su terreno. La magia siempre le hizo sentir indefenso y frustrado, y esta no era una excepción.<br /><br />El presunto legionario respondió correctamente la señal a Gwydeon, mientras escuetamente parecía disculparse. Lo llamó por su nombre y se identificó como miembro de una célula de los territorios de "Tormenta sobre Krynn" (Palanthas y sus alrededores, cuyo Dragón regente recibía ese sobrenombre). Explicó que su misión era entregarle un objeto muy especial, que sería extramadmente útil en la ejecución de su misión, la cuál reconoció desconocer. El objeto debía ser entregado de vuelta al finalizar la misión, en total secreto. Los gemidos de Argento que se debatía por liberarse de sus ataduras y destapar sus sentidos, instaron al legionario a apurarse.<br /><br />Le dijo a Gwydeon que el leñador no debía saber quiénes eran ellos, ni de dónde vinieron, ni lo que habían entregado. Al finalizar el hechizo, toda su fisionomía volvería a la normalidad. Esto iba a ser, en un largo plazo, mucho más inócuo que borrarle la memoria...<br /><br />La otra figura intentaba encontrar una forma para evitar que el leñador rompiera las cuerdas de las boleadoras. El interlocutor de Gwydeon se despidió, colocando en el suelo un pequeño paquete, y sugirió a Gwydeon evitar que el leñador rompiera las boleadoras, porque éstas podrían ser de utilidad. Luego de una señal a su acompañante, ambos rápidamente se fundieron en el bosque hacia el norte.<br /><br />El medio-elfo, un poco más calmado, recogió y guardó el paquete, y se giró hacia su amigo para ayudarlo.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">* * *</span><br /><br />Hilltop habló al líder de la Garra reclamándole que no contento de estar mejores armados que los de la caravana, ahora los quería indefensos. Después de todo ¿Cómo sabrían ellos que la búsqueda de los caballeros sería honorable, cuando no se les permite defender ni sus palabras ni sus pertenencias?<br /><br />"Cuando pelees con un nido de abejas, mata a la reina" - razonaba mientras tanto Aelensar. Había que dominar al jefe de la Garra. Se interpuso en la conversación y con firmeza hizo saber al caballero oscuro que a ellos les sería imposible cumplir con lo solicitado. Luego de reconocer la fama de combate honorable (!?) de los caballeros, y el deber que ellos como escoltas tenían de proteger a sus clientes, por lo cuál no iban a ceder sus armas. Prometió que las mismas no serían usadas, mientras la revisión se llevara a cabo. Aún así, si esto no convencía al caballero, el mercenario ofreció un acuerdo alternativo.<br /><br />Dijo que hasta ese momento no había tendio el placer de medirse en campo de batalla con un caballero de takhisis, y que él sólo podía respetara a quienes se mostraran dignos en combate. Por lo tanto, propuso un duelo. Si ganaba el líder de la garra, depondrían las armas y se someterían a revisión. En caso contrario, la revisión podría llevarse a cabo, pero los escoltas conservarían sus armas.<br /><br />Aelensar esperaba que su victoria (de la cuál no dudaba) daría ventaja "moral" por sobre los caballeros, y sería factor de distracción para que las elfas pudieran escabullirse. Lo que aún dudaba era si, al ganar, mataría al líder, o lo usaría para alejar a los demás, o cumplía la promesa.<br /><br />El líder de la garra vio con asombro y admiración al mercenario, y aceptó el desafío. Gregarious Hilltop empezó a aplaudir y animar a la gente con expresión de infante en feria esperando la caída del bufón. Sin embargo, sus ojos buscaban la ballesta más cercana. El problema era que esta guindaba del cinto del propio Aelensar.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ6_gtaEphqsmQAHqy5_G97Y7DzaBxCArBo13U0zzjrzFpn_M8My-SYyxdW_jF7v2iq40MjleuSGoISnQdjmFEhk-gakxukNMVCKIuiXFjTgBvCXHMzw_qjdgC0n812rep4q0Fo3Fp2PI/s1600-h/Inicio+del+Duelo.gif"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ6_gtaEphqsmQAHqy5_G97Y7DzaBxCArBo13U0zzjrzFpn_M8My-SYyxdW_jF7v2iq40MjleuSGoISnQdjmFEhk-gakxukNMVCKIuiXFjTgBvCXHMzw_qjdgC0n812rep4q0Fo3Fp2PI/s200/Inicio+del+Duelo.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5206175798937484002" border="0" /></a>Con nerviosismo las personas empezaron a "animar" el combate, entre rezos y expresiones de incredulidad. La expectativa fue interrumpida súbitamente por la desaparición del misterioso bosque que hacía poco se había materializado, trayendo consigo a los caballeros y sus secuaces élficos. En su lugar, se extendía la pradera que normalmente debía encontrarse allí.<br /><br />"¡Maravilloso! Ahora hay más espacio para la justa!" - exclamaba Hilltop en medio de sus azuzantes palabras.<br /><br />PD: En la sección de "<a href="http://games.groups.yahoo.com/group/JuRoCE/files">Files</a>" del grupo yahoo podrán acceder a la versión detallada de la Compilación.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-45391474651888700492008-05-29T16:50:00.000-07:002008-05-29T16:51:05.826-07:00Resumen de la 2da CompilaciónEn esta compilación, se vuelve sobre la escena añadiendo un poco más de información. En esta época, no estaban definidas claramente en JuRoCE a qué cosas podía responder un jugador. Algunos de ellos respondieron a partes bastante "tempranas" de los hechos narrados en la 1ra Compilación, por lo que la 2da parece "repetir" algunas cosas.<br /><br />El Heraldo narra como en New Port, el kender Tarasal Almondeyes Pocketfinder terminaba de escribir en su pequeño libro, un relato de sus últimas aventuras, cuando se enteraba de que iba a partir al día siguiente una caravana hacia Solace.<br /><br />Decidió ir en esa caravana junto a Skimpiut Bratlip, un kender amigo suyo (cuyo cuerpo servía de huésped al alma de un kender fallecido), para visitar el monumento construído en honor a los últimos héroes (se refiere a los héroes fallecidos en la Guerra de Caos, que se narra en la novela "Dragons of Summer Flame" o "El Ocaso de los Dragones"). Esperaba que esta visita animara al alma en pena que habitaba temporalmente el cuerpo de su amigo.<br /><br />Acomodó sus pertenencias para partir, y fue en compañía de su "habitado" amigo, y su mascota Penny. Tras un breve e incómodo encuentro con el líder de la caravana, se dedicó a examinar al grupo.<br /><br />Mucho le llamó la atención el anciano que acompañaba a las elfas, quién hizo alguna mención extraña sobre unos engendros en un diálogo muy poco entendible, que duró hasta que entró en cuenta de que hablaba a un kender, tras lo que procedió a auyentarlo.<br /><br />Durante los primeros días de travesía, Aelensar se sintió muy intrigado por la bella mujer en harapos. Notó que parecía no acostumbrada a los trabajos y sufrimientos de un indigente.<br /><br />El interés del mercenario no pasó desapercibido por la mujer, quien descubrió en sus pensamientos cierto sentimiento de superioridad respecto al mercenario, que no supo explicarse. Al menos no mientras no recobrara su memoria.<br /><br />Kieran Carr permaneció ensimismado durante la mayor parte de la travesía, todo lo contrario de Tarasal el kender, quien se mantuvo alegre, conversando incluso con su pequeña mascota. Se autoasignó la tarea de "explorador de vanguardia" y ayudante de cocina.<br /><br />Cuando los caballeros de takhisis hicieron aparición, Aelensar, quién había sido contratado para salvaguardar los bienes y vidas de los viajeros, puso su mano en el mango de la espada. Sabía que se encontraban cerca de los dominios del dragón verde llamado Beryl, o cariñosamente (!?) "La Muerte Verde", es decir, el bosque de Qualinesti, cuyos habitantes usuales, los Elfos Qualinesti, estaban sometidos al yugo tanto del dragón, como de los caballeros de takhisis.<br /><br />Súbitamente la voz chillona de Tarasal se elevó por encima de la tensión que hubo ante la pregunta del caballero, explicando que no habían visto a ningunos Elfos Rebeldes, tras lo cuál le dijo al líder de la Garra que él mismo parecía un rebelde.<br /><br />Aelensar se ocultó discretamente tras una carreta, y se percataba de la presencia de místicos entre los caballeros de takhisis. Su alma se contentaba y preparaba para la batalla. Él y su espada, su espada y él.<br /><br />Los símbolos que se dejaban ver en los relieves de las armaduras oscuras trajeron a la mujer en harapos imágenes y recuerdos dolorosos. Nada es más doloroso que recordar haber deseado la muerte.<br /><br />Gregarious Hilltop, por su parte, liberaba el seguro del sable con discresión mientras señalaba a sus compañeros de viaje que se cubrieran y esperaran. Kieran Carr murmuró a Hilltop su idea de que si había que escapar, lo hicieran hacia el bosque.<br /><br />Hilltop miró con una sonrisa hacia el cielo, y estudió la actitud de los potenciales enemigos, y la de los demás caravaneros. El líder de la caravana estaba consternado. Con decisión se quitó la capa y avanzó hacia el líder de la garra levantando una mano y una sonrisa inocente.<br /><br />Aelensar lentamente se interpuso poco a poco entre la caravana y los caballeros, contra todo buen juicio, cosa que preocupó un poco a Hilltop.<br /><br />Kieran veía con preocupación la escena, y lo inundaron pensamientos de redención, mientras pensaba en posibles estrategias que surgían de sus pasadas experiencias militares. Por Ellemir, lucharía sin descanso.<br /><br />El líder de la caravana hizo un intento por mostrar tranquilidad, inocencia y deseo de colaboración a los caballeros. El intento fue infructuoso, por cuanto el caballero solicitó a los caravaneros no poner resistencia mientras los caballeros se aseguraban de que entre ellos no había algún elfo rebelde.<br /><br />Ritchgard Blackmore, Caballero del Lirio Negro, se reía al ver las caras de susto de los caravaneros, sin perder aún la simpatía por estos. Eran varios los que debían pagar "el error", y él se encargaría de que así fuese.<br /><br />Aelensar se preocupó por las elfas, pensando que quizá ellas podrían ser rebeldes, y se decidió a no permitir que se llevaran a nadie, ni siquiera al kender. También se preparaba para la lucha la mujer en harapos, aunque no recordaba haber recibido entrenamiento militar. Estratégicamente era claro que la garra estaba mucho más organizada que los caravaneros.<br /><br />La sonrisa de Hilltop se transformó en angustia brevemente, pero reapareció mientras daba un paso alante dirigiéndose al líder de la garra saludando con cortesía y extraño entusiasmo. Les recomendó ir hacia el bosque, pues entre ellos no encontraría sino súbditos de La Muerte Verde y ocupados viajeros.<br /><br />Dijo no pretender retarlos, pero les hizo notar que ellos estaban lejos de casa, y cerca de Solace, por lo que una patrolla de guardía podría aparecer en cualquier momento. Bien podían - dijo- regresar con las manos vacías pero estando ellos completos, o con las manos vacías pero con algunos cadáveres a cuestas. En la Caravana no había rebeldes, y ellos ya habían fallado en su persecución. Sugirió no hacer su desgracia aún mayor, paradójicamente con el mismo respetuoso y jovial talante.<br /><br />El par de kenders se habían ido hacia la vanguardia de la caravana. La harapienta decidió acercarse a las elfas, con discresión.<br /><br />El líder de la guardia, cuando Hilltop terminó de hablar, reforzó la orden de registrar a los caravaneros, y se dirigió a Hilltop dejando en claro que la revisión se haría, aunque prometiendo que no habría daños si había cooperación. De lo contrario, lamentarían haber existido. Finalizó ordenando la deposición de las armas, y recomendando a los caravaneros que finalizaran la ilusión y se rindieran. Era evidente que él estaba convencido de que alguna magia ilusoria estaba en uso en ese momento.<br /><br /><br />* * *<br /><br />Argento D´Alessandro no parecía el típico leñador, pues portaba un hacha doble que más parecía apta para combate que para árboles, y su cabeza y cuerpo iban protegidos con una armadura de cuero. El hacha, que medía lo mismo que él (es decir, no mucho), siempre era llevada consigo a dondequiera que fuese.<br /><br />Al partir, Gwydeon el medio-elfo notificó a Argento que sospechaba que eran objeto de vigilancia, por lo que recomendó hacer el trayecto de la travesía lo más confuso posible, para ganar tiempo. Recomendación que fue seguida con fe ciega por Argento, quién seguía sin darse cuenta de su perseguidor.<br /><br />Al llegar a un lugar más "seguro", Argento se relajó y se dedicó a afilar su hacha mientras descansaba de la tensión. Gwydeon en cambio, estaba tan atento que rayaba en la paranoia, dispuesto a atravezar con su filo, sus flechas o su magia, a cualquiera que osara amenazarlos. En sus pensamientos rememoró su pasado reciente como mercenario, profesión a la que tuvo que dedicarse cuando no pudo seguir en la Alta Hechicería en cuanto acabó la Guerra de Caos. Recientemente había encontrado cobijo y esperanzas en brazos de la Legión de Steel, en donde cultivó sus talentos con la nueva magia.<br /><br />El par dejó el sendero cómodo, adentrándose en el bosque, el verdadero hogar de Argento, quien nunca se sintió cómodo en las comodidades de la civilización. Empezaron a subir hacia la parte más baja del filo de la corta cordillera que tenían ante ellos.<br /><br />De la espesura, dos figuras encapuchadas sorprendieron al leñador y al legionario. Gwydeon reconoció a una de ellas como la figura que les había espiado al iniciar su expedición. El otro ser arrojaba ya unas bolas (también llamadas boleadoras), que enseguida enredaron los pies de Argento, a quien las orejas y párpados se le cerraban inexplicablemente, impidéndole ver y escuchar.<br /><br />El otro encapuchado no atacó a Gwydeon sino que le saludó haciendo un gesto con la mano, que corresponde un saludo secreto enseñado en la Legión de Steel.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-87874355814208691282008-05-28T13:59:00.001-07:002008-05-28T14:11:48.935-07:00¿Por qué hay dos grupos de JuRoCE?Como ya he dicho anteriormente, hay dos grupos donde se puede postear para hablar sobre JuRoCE. ¿A cuál debo escribir? se preguntan ustedes....<br /><br />De acuerdo, esta es la forma de saberlo:<br /><br /><ul><li><span style="font-weight: bold;">Grupo Yahoo:</span><br />Escribe acá, si vas a escribir para hacer comentarios sobre el juego... desde una burla o chiste, hasta una duda sobre DragonLance, o sobre la historia.<br />a) Si eres "lurker", éste es el único grupo al que puedes escribir.<br />b) Si eres jugador, puedes escribir haciéndote pasar por "lurker", escribiendo "inocentemente" desde tu cuenta personal de correo (LOL). También puedes escribir como enigmático jugador, desde la cuenta de correo "fantasma" (la que se usa para escribir los posts en cada "turno").<br />El link del grupo Yahoo es: <a href="http://games.groups.yahoo.com/group/JuRoCE/">http://games.groups.yahoo.com/group/JuRoCE/</a><br /></li><li><span style="font-weight: bold;">Grupo Google:</span><br />Escribe acá, sólo si eres jugador, y deberás hacerlo obligatoriamente dese la cuenta de correo "fantasma". Para mantener el orden en el grupo, los "Lurkers" no pueden escribir acá. Este es el link del grupo: <a href="http://groups.google.com/group/JuRoCE">http://groups.google.com/group/JuRoCE</a><br /></li></ul>Nótese que los "lurkers" deberían inscribirse en el Grupo Google, para poder seguir disfrutando de la historia, pues ahí es donde la continuaremos "construyendo" en conjunto los jugadores y yo.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-73227770883857477362008-05-28T12:19:00.001-07:002008-05-28T12:20:30.139-07:00Resumen de la 1ra COMPILACIÓN:<span style="font-weight: bold;">PRÓLOGO</span><br /><br />El Heraldo, un bardo cuenta-cuentos con una percepción sobrenatural de los hechos que acontecen en Krynn, habla sobre la llegada de la Era de los Mortales, la guerra de los dragones, y la nueva magia en ausencia de dioses. En su parlamento, habla sobre las nuevas fuerzas militares surgidas en Ansalon, como lo es la Legión de Steel, y hace un llamado a los mortales de Krynn, para tener fe en que el Bien prevalecerá.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">ACTO I</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">APARICIONES</span><br /><br />El Heraldo narra en una posada las historias de los héroes que protagonizan la historia narrada en JuRoCE. Comienza describiendo como en el puerto de New Port (continente de Abanisinia) Aelensar Lathe, un introspectivo mercenario humano quién llega sobre su caballo sin poder evitar fijarse en 2 elfas que llegaron a unirse a la misma caravana que él, junto a un viejo y excéntrico anciano; posteriormente notó la presencia de una mujer bella pero cubierta de mugres. Finalmente, da cuenta de la presencia de un par de pequeñas figuras. Una de ellas resulta ser un extraño kender adornado con plumas y portando un pequeño libro. Del otro la raza tuvo que quedar sin ser identificada. En todo caso esto resultaba menos interesante que seguir indagando sobre las elfas, en especial en una cuyos áureos cabellos asomaban levemente bajo la capucha de su capa. Su nombre, se descubriría despues, era Adaline de Silvanesti.<br /><br />La mujer en harapos (no sólo la mugre la protegía del Sol), buscaba caras conocidas y recuerdos entre las personas allí presentes. Recientemente se encontró casi ahogada aferrándose a la arena, luego de un evidente naufragio. Tanto la nave en que venía, como las memorias que alguna vez tuvo, parecían haberse esfumado entre las olas. Un viejo mendigo fue solidario con ella, y le proporcionó algo de telas secas a modo de ropa. Reconoció en su planta del pie un dibujo del lago Crystalmirk. ¿Por qué había sido tatuado eso en su pie? ¿lo había hecho ella misma?. En todo caso, ese Lago quedaba al lado de Solace, por lo que se las arregló para inscribirse en la caravana que se preparaba para salir en esa dirección.<br /><br />A todos llamó la atención la llegada de un par de marinos y un guardia con las vestimentas que lo identificaban como perteneciente a la Guardia de la Ciudadela de la Luz. Los 3 personajes venían en una carreta prácticamente vacía. Uno de los marinos le pareció bastante familiar a la mujer en harapos. Se trataba de Gregarious Hilltop. El otro marino, el experimentado Kieran Carr y él habían sido enviados desde la Ciudadela de la Luz en busca de armas a Solace. La paga iba a ser buena, aunque la diligencia resultara aburrida. A Gregarious Hilltop la mujer en harapos también le resultó conocida, aunque con incomodidad tuvo que reconocer que su memoria no daba para más detalles.<br /><br />La caravana partió hacia Solace sin mayores eventos, hasta que varios días después, un extraño bosque apareció en el lugar de la amplia llanura por la que circulaba la caravana, y de él surgieron 10 jinetes elfos y 9 caballeros cubiertos de armaduras negras. Confudidos, los caballeros preguntaron por "los elfos rebeldes" a los miembros de la caravana. Era evidente que venía en persecución de un grupo de elfos qualinesti.<br /><br />* * *<br /><br />En una posada de Solace, Gwydeon Ragnarok, medio-elfo hechicero y afiliado a la Legión de Steel, y Argento D´Alessandro, un leñador con un corazón grande y una estatura pequeña, discutían los detalles de una excursión que harían a las cercanías de Solace. Rumores de fuentes en qualinesti hablaban sobre una nueva forma de encantamiento relacionada con el uso de la obsidiana habían dado motivo a su nueva misión. Con esta misión se ganaría el nombre de Legionario en toda la extensión de la palabra. Dejaría de ser un aprendíz. Al conversar con Argento, éste le dijo conocer un lugar cercano a Solace en el que había una veta de obsidiana, y había accedido a guiárlo por los bosques que rodeaban a Solace, para indicarle el lugar de la veta.<br /><br />Verificó el equipo del que disponían para hacer el corto viaje, y ambos dieron inicio a la expedición, bajo la vigilancia de una misteriosa figura envuelta en una capa gris.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-1194436969603011492008-05-28T11:35:00.000-07:002008-05-28T12:21:03.205-07:00Encuesta semanal sobre JuRoCE<p>Dicen que uno debe siempre hacer en su cumpleaños algo que le guste mucho. Por eso, aunque no tengo un "post" (nueva jugada) para reactivar a JuRoCE, ayer "postié".<br />El "post" en cuestión es para "alborotar el avispero", como decimos en Venezuela. En otras palabras, tiene la intención de provocar que haya interacción entre quienes pertenecen al grupo yahoo de JuRoCE.</p><p>Semanalmente publicaré un par de preguntas "abiertas" (no cerrada como las votaciones o "polls" de yahoo) para que todos den su mejor respuesta y/o comentarios... :oD<br /></p><p> "Everyone`s invited", cómo dice el slogan y me lo robo por hoy.<br /></p><p> Mientras tanto, me doy tiempo de preparar unos resúmenes de lo que ha<br />ocurrido en el juego, para que no tengan que releerse las compilaciones para<br />ponerse nuevamente al día.<br /></p><p> Como imaginarán, estoy yo mismo tratando de retomar las cosas, para<br />continuar el juego.<br />Bueno, sin más preámbulos, acá van las preguntas!!!!:<br /></p><p style="font-weight: bold;">1) Le gustó el beso de Gregarious Hilltop a Adaline?<br /></p><p style="font-weight: bold;">2) qué edad tiene J-Tarasal?<br /></p><p style="font-weight: bold;">3) Por qué Gwydeon está interesado en buscar una veta de obsidiana?<br /></p><p><span style="font-weight: bold;">4) qué se ganaran al responder las preguntas?</span><br /></p><p>Como ven... por haber sido mi cumpleaños, estoy generoso... y he puesto 2 preguntas adicionales.<br /></p>Espero disfruten respondiéndolas!<br /><br />PD: Las respuestas se esperan mediante el grupo yahoo de JuRoCE! Sin embargo son bienvenidos los comentarios hechos a este blog.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-22553783969469467082007-11-07T08:59:00.000-08:002007-11-07T09:15:46.928-08:00Aclaratorias...Hay algunas aclaratorias que pueden facilitar el disfrute y entendimiento de esta historia:<br /><br /><ol><li>Gilean es el dios de la neutralidad. Cuando los Dioses aún rondaban Krynn, Gilean era considerado el guardián del Río del Tiempo, y del Libro Sagrado de la Vida (Creo que así se llaman). Todos los pertenecientes a la órden de aéstetas de la Librería de Palanthas rendían honores a Gílean, y se murmuró siempre que quien dirigía dicha librería (Astinus de Palanthas) era el mismísimo avatar de Gílean.</li><li>"Garra" es el término para los grupos de 5 a 8 caballeros de takhisis,... más o menos equivalente a una patrulla.</li><li>La Compilación #2 tiene partes del texto de la Compilación #1. Esto tuve que hacerlo, debido a que algunas de las respuestas de los personajes, luego de publicada la 1ra compilación, eran referidas a hechos que no eran los últimos de esa compilación. Por ello tenía que repetir los párrafos necesarios para que la respuesta de los jugadores tuviera contexto. En sucesivas compilaciones esto es minimizado debido a una estrategia distinta en la que yo marcaba como "Pasado" aquello a lo que ya se había perdido la oportunidad de "responder", y como "Presente" a las acciones a las que se espera que los personajes reaccionen de inmediato.</li><li>Los personajes que corresponden a jugadores son:<br />- Aelensar Lathe<br />- Argento D´Alessandro<br />- Gregory Hilltop<br />- Gwydeon Ragnarok<br />- "Harapienta"<br />- Kieran Carr<br />- Tarasal Pocketfinder<br />- Zasthia Lyen<br /><br />El resto de los personajes actúan según las órdenes del narrador (es decir, yo). Ninguna de las identidades ha sido revelada hasta el presente de manera formal. Todos "postean" desde cuentas de correo "fantasmas". Por ejemplo: Zasthia.Lyen@gmail.com.... Todos, sin embargo, son amigos míos, lo cuál le ha dado siempre un aire de misterio interesante. Los jugadores interactúan entre si sin conocerse, lo cual de alguna manera creo que ha ayudado a hacer que la calidad de los posts haya sido tan buena. El mérito por la historia y la redacción no debe ser atribuído a mi persona, ya que es un trabajo conjunto tanto de jugadores como del Master.</li></ol>Pronto estaré pidiendo a mis jugadores que elaboren una descripción de sus personajes para publicarla en este blog.Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-38736863447735338882007-11-07T08:51:00.000-08:002007-11-07T18:02:24.772-08:00Brisas de Alivio / El Plan de Hilltop - Compilación #3<span style="font-family: verdana;font-family:courier new;font-size:100%;" ></span><blockquote style="font-family: verdana;font-family:lucida grande;" ><span style="font-size:100%;">-12 de Septiembre, año 32 Saer Cataclius.<br /><br /><br /><br /></span><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" >Brisas de Alivio</span><span style="font-size:100%;"><br /><br />Gwydeon el medio-elfo les dirigió una mirada de aprobación, ya la ira se había<br />ido de sus ojos, después de todo, eran sus hermanos. Alcanzó tan sólo a decir<br />gracias, mientras recogía del suelo el extraño paquete, el cual se guardó<br />en su alforja, atada a la cintura. Rápidamente se giró hacia Argento, que<br />hacía ya el intento de cortar las cuerdas. Había aprendido que era una<br />buena idea escuchar los consejos de un Legionario...<br /><br />Argento ya tanteaba las cuerdas de las boleadoras con una mano, mientras<br />acercaba con premura pero firmeza su enorme hacha para rozar con el filo<br />las fibras que lo inmobilizaban. No quería detenerse a buscar su cuchillo,<br />pero tampoco se arriesgaría a blandir violentamente su hacha para librarse.<br />Siendo que su hacha siempre estaba bien afilada, con seguridad no tardaría<br />en lograr su objetivo. Si tan sólo pudiese oír y ver lo que ocurría a su<br />alrededor podría evitar el empezar a ser ganado por el pánico.<br /><br />Al ver cómo se alejaban los encapuchados, Gwydeon echó una vista rápida a<br />su amigo, que seguía intentando cortar las cuerdas. Se movió hacia él, con<br />la cautela suficiente para que el mismo no recibiera daño del mismo<br />Argento, ya que podía ver que sus ojos estaban cerrados (probablemente<br />efecto de la magia) y podría confundirlo con un enemigo. Se colocó detrás<br />de él, rápidamente, y empezó a palmear sus hombros. Sin embargo no podía<br />dejar de estar alerta por si Argento no lo reconocía...<br /><br />* * *<br /><br /><br /><br /></span><span style="font-weight: bold;font-size:100%;" >El Plan de Hilltop</span><span style="font-size:100%;"><br /><br /><br /><br />Tarasal realizó su mejor esfuerzo por dibujar en sus mapas detalles de cómo<br />lucía el bosque de hace algunos instantes y cómo lucía la pradera luego que<br />éste desapareciera... pero su empeño se debatía con el interés que tenía<br />por el duelo que estaba por comenzar...<br /><br />...las consecuencias de ese debate no dejaron de hacerse presentes en el<br />resultado de sus bocetos, evidentemente.<br /><br />El Caballero Oscuro miró ceñudo el raro espectáculo de la "desaparición" de<br />lo único que a él le parecía más o menos creíble de la escena, los árboles,<br />y pareció meditar por unos segundos su situación.<br /><br />"Tal parece que lo que parecía ilusión se muestra como real, y lo antes<br />real se desvanece de la vista de forma burlona. Aunque nos encontremos en<br />las cercanías de Solace como ustedes aseguran, este duelo se ha de llevar a<br />cabo."<br /><br />Tarasal se apresuró a transcribir esas palabras en su libro, interrumpiendo<br />bruscamente su bosquejo, a la vez que le decía a su compañero que prestara<br />toda la atención en lo que estaba por acontecer, pues él sería su mayor<br />colaborador en la posterior redacción de aquel interesantísimo capítulo de<br />su viaje en la caravana.<br /><br />El taciturno compañero lo miraba con ojos extraviados intentando comprender<br />lo que se exigía de él.<br /><br />"No esperaba menos!" - pensó Aelensar al escuchar las palabras del<br />aparentemente honorable Caballero de Takhisis. Ya sentía la espectativa del<br />combate a su alrededor, y cómo sus músculos se contraían, anticipando la<br />batalla. -"Pero, que me devore la oscuridad, no entiendo qué es lo que pasa<br />con ese maldito bosque!" - Frunció el ceño, al pensar una vez más en cuánto<br />le molestaba su poco entendimiento de la magia.<br /><br />"Aún los legionarios" - prosiguió el Caballero - "deberían tener la<br />sensatez de esperar la finalización de este duelo antes de intentar obrar<br />en nuestra contra" - hizo una pausa dramática, como para dar intensidad a<br />su afirmación, y continuó- "No será necesario que exijáis el complimiento<br />del acuerdo, pues éste será respetado por mis caballeros" - dijo mirando<br />con severidad a sus seguidores, en especial a los elfos.<br /><br />Tarasal acompañando la alegría que había mostrado su compañero de viaje<br />Greg hacía unos momentos, comenzó a gritar palabras de ánimo y apoyo al<br />valiente mercenario: "¡adelante! ¡que comience la justa! ¡no debéis hacer<br />caso alguno a esas palabras!".<br /><br />"El código indica que el más apto de los integrantes de la garra será el<br />encargado"- dijo señalando a un fornido caballero cuya montura llevaba a<br />cuestas una gran espada. El señalado hizo una reverencia y avanzó dos pasos<br />su caballo como gesto de aceptación de su designación, sondeando las<br />expresiones de sus compañeros. "En caso de que los restantes lo consideren<br />poco apropiado," -prosiguió el Jefe de Garra -"deberán retarlo luego a<br />muerte para tomar su lugar... pero estas menudencias no son de vuestra<br />incumbencia."- advirtió el Caballero Guerrero, cerrando el tema rápidamente<br />para atender a cuestiones más relevantes.<br /><br />"¡Qué no escape nadie, mientras se resuelve este duelo, caballeros, y no<br />intervengáis!"- y dicho esto descendió de su caballo y desenvainó su<br />elegante espada larga.<br /><br />Observando al Líder de la garra desmontar, Greg dio dos pasos hacia atrás,<br />para inmediatamente, y sin frenar su movimiento, girar sobre la pierna<br />izquierda ciento ochenta grados. Ubicando a Kieran se dirigió a él, primero<br />con pasos resueltos y luego con largas zancadas. Su actitud parecía casual,<br />y su eterna sonrisa se extendía en su rostro con cada paso.<br /><br />Sin perturbarse el retador Caballero continuó - "Si no deseáis que el<br />combate finalice con vuestra muerte, honorable guerrero, pedid clemencia, y<br />os será concedida. De lo contrario, iréis a donde quiera que van las almas<br />en este mundo olvidado por sus dioses".<br /><br />Con voz firme, el mercenario respondió a su contrincante: "Aquellos que<br />entran al campo de batalla a matar por la espada, han de estar preparados a<br />morir por la espada. Si quisiera clemencia, me podrías ver de mendigo, y no<br />de guerrero. No estoy entrando a esta pelea a pedir clemencia, así como<br />estoy seguro de que tú tampoco. No exijo muertes... Pero no rogaré por mi<br />vida..."<br /><br />"Todos observen la valentía de nuestro Ael" continuaba diciendo la voz<br />chillona... y de repente en tono burlón dijo "y miren la actitud<br />escurridiza del campeón de la Reina Oscura", "¿quién demuestra ante<br />vuestros ojos que desea combatir y quién no?", "¡Aja!, ¡como que tiene<br />miedo!" y dicho esto, el kender empezó a gritar cada vez más fuerte "¡tiene<br />miedo!, ¡tiene miedo!".<br /><br />El Caballero se sonrojó de ira, y pareció que iba a embestir al kender, en<br />lugar de al mercenario, pero uno de sus hombres puso su mano con firmeza<br />sobre su hombro diciéndole en voz baja: "¡la visión, mi señor, revisadla<br />antes de continuar!". El caballero se detuvo, miró levemente hacia el<br />horizonte como quien recuerda las palabras de su padre, y su expresión se<br />tranquilizó, adoptando una faz seria, inmutable, resuelta. Mirando<br />nuevamente a Aelensar a los ojos, hizo una seña con la mano izquierda a sus<br />subalternos.<br /><br />Los hombres de maliciosas armaduras y los Guardias Qualinestis se empezaron<br />a distribuir a lo largo de la caravana en actitud vigilante, mientras el<br />Líder Oscuro, arrojaba su capa sobre su montura, se alejó lateralmente de<br />su caballo unos 5 metros, e hizo un gesto levantando la espada hacia su<br />frente, y haciéndola descender con el filo vertical, muy lentamente, hasta<br />que la punta rozó el suelo, en dirección hacia Aelensar. No se molestó en<br />descolgar el escudo de su caballo.<br /><br />El kender eliminado el tono burlón de sus palabras, dijo con la "seriedad"<br />que correspondía al caso: "Bravo, por el audaz Caballero nariz de águila",<br />"que comience el combate".<br /><br />Aelensar, a su vez, hizo lo propio. Desmontando de su caballo, se despojó<br />de aquello que pudiera entorpecerle en el combate (su capa de viaje, por<br />ejemplo, aunque se quedó con su ballesta. Era lo bastante pequeña como para<br />no molestarle durante el encuentro, y nunca se sabía cuándo se necesitaría<br />otra arma), e hizo algunos estiramientos y mandobles con su espada (unos<br />cuentos días a caballo bastan para entumecer al más pintado). Dió un<br />rápido vistazo alrededor, para conocer el terreno, y tratar de ver<br />cualquier característica del mismo que él - o su enemigo - pudiera usar en<br />la batalla.<br /><br />Sin esperar más, Ael se cuadró frente a su adversario... "Bien, amiga mía,"<br />- dijo sólo para él y su espada - "una vez más, como tantas otras, es hora<br />de demostrar cuánto valemos." - Y una vez más, como tantas otras, sonrió...<br /><br />No bien el Jefe de Garra culminó su invitación a la batalla la negra y<br />metálica figura, se oyó la impertinente voz del anciano: "¡Enciéndan una<br />luz, por Gilean! ¿Qué no ven que ya se ocultó el sol?". Ante esto, en 5 de<br />las caravanas se encendieron antorchas, y sus ocupantes se acercaban<br />caminando lentamente a observar el combate.<br /><br />"¿¡Giiileaaan!?"- Exclamó con sorpresa el kender, que se había sentado<br />cruzando sus pies sobre el pasto, viendo con curiosidad hacia el anciano.<br /><br />Tarasal observó al anciano con gran curiosidad, debería hacerle algunas<br />"pocas" preguntas. Sumergido en estos pensamientos comenzó a recordar sus<br />viejas aventuras, cuando fue compañero de un Aésteta de la Librería de<br />Palanthas. Recordó la admiración que llegó a sentir por él y cómo ésto le<br />desarrolló el gusto por plasmar sus vivencias de manera escrita. Tarasal<br />sintió revivir sus anhelos de publicar sus libros. También recordó que se<br />dice Gilean fue el dios de la neutralidad y conocía la historia de Kryn<br />desde su nacimiento hasta sus últimos días, "¡Oh! ¡cómo me gustaría poder<br />hechar un vistazo a ese libro de Gilean!", dijo para sí el kender.<br />Volviéndo nuevamente su atención sobre el anciano, le dijo "¡si hay que<br />encender una luz por Gilean, que así sea!"- tras lo cual procedió a buscar<br />su yesca y pedernal, y empézó a encender una antorcha. Cuando el duelo<br />terminara iría a convesar con su "buen" amigo el anciano.<br /><br />Después de echarle un desconfiado vistazo al "tranquilo" kender, Greg<br />Hilltop bordeó la carreta que lo separaba de la de su grupo por el lado más<br />alejado de él, tomando su capa mientras se acercaba al otro marino de su<br />grupo. "Kieran, viejo amigo", dijo, "acércate. Vamos a ganarnos el día".<br /><br />Sumido en oscuros pensamientos de indecisión, Kieran probablemente no se<br />enteró de la presencia de Greg Hilltop hasta que ya éste estaba a su lado.<br />"¿Huh?" Despertando de su ensoñación, Kieran dejó de observar fijamente al<br />suelo "¿Qué deseas?".<br /><br />El Guardia de Ciudadela frunció el ceño y prestó atención a lo que se<br />hablaba por sobre él, con preocupación. Aún esperaba ser pasado por alto,<br />pues no son pocas las penas y torturas que le esperan a un Guardia de<br />Ciudadela en manos de caballeros de Takhisis. Sin embargo ya se las había<br />arreglado para colocar su escudo entre sus pies, y sus ojos no perdían de<br />vista al grupo de caballeros oscuros.<br /><br />Mientras el circunspecto marino se acercaba, Greg miraba hacia el sitio<br />donde se celebraría la justa, y acomodaba su capa azul sobre sus hombres,<br />moviéndola presuntuosamente hacia arriba, hasta lograr plegarla de manera<br />tal que sus impecables ropas no quedasen cubiertas al frente por esta.<br />Volteó la cara y sonrió maliciosamente a su compañero.<br /><br />Con una expresión de franca perplejidad, Kieran se acercó al simpático,<br />aunque extraño muchacho. "¿Ahora qué trama...?" se inquirió. La sonrisa<br />maliciosa que le dirigió le confirmó la sospecha de que Gregory tenía un<br />plan.<br /><br />Los rayos más rezagados del sol ya desaparecían. La voz de Gregarious<br />Hilltop se volvió un susurro mientras empezaba, rápidamente, a hablar en el<br />rudo y vulgar estilo de Ergoth de los marinos, usado desde Daltigoth hasta<br />Puerto Balifor en la mayoría de las cubiertas de los barcos. Esto<br />desconcertó un poco al Guardia de Citadel, quién hizo lo posible para<br />entender lo que se estaba fraguando frente a sus narices.<br /><br />"Carr", dijo Hilltop en un tono serio, poco usado por él, "evitemos más<br />problemas. Ve hacia la proa de la caravana, y di a cada escolta que apreste<br />sus dardos, y ponga su atención en ese hombre", dijo dirigiendo<br />disimuladamente su mirada hacia el hombre designado por el líder de la<br />garra como su sucesor, asegurándose que Kieran entendiera al apoyarle con<br />firmeza una mano en su cadera, e insinuando con esta un giro en dirección<br />al guerrero oscuro al que se refería. Sin esperar respuesta continuó.<br />"Deberán verlo fijamente, que sepa que él es el blanco. No te molestes en<br />avisarle al capataz. Muévete como el viento, rápido y que se vea, y si los<br />nerakeses preguntan algo, que no digan nada, sino que me señalen a mí. Yo<br />haré lo mismo hacia popa. Que tensen cuerdas, sin apuntar cuando el nuestro<br />gane".<br /><br />A medida que su compañero hablaba, la faz de Kieran se contraía más y más<br />en una mueca de disgusto, sin embargo, no lo interrumpió. Cuando finalizó<br />exponiendo su plan, Kieran respondió, también susurrando: "Si he de ser<br />franco, muchacho... Tu idea es excelente, pero no me gusta. No estoy<br />acostumbrado a atacar por la espalda". Súbitamente se detuvo, y sus cejas<br />se fruncieron."¡Qué mentira más grande!", pensó con amargura. "Bien, el<br />caso es que mi formación me lo impide... Me inculcaron una disciplina<br />rígida ¿sabes?" Cruzó sus brazos. "Sin embargo, es cierto que estamos entre<br />la espada y la pared. Puedo dar las órdenes, pero insisto en que los<br />guardias disparen exclusivamente si es necesario. Si la vida del mercenario<br />está en serio peligro, por ejemplo. El hecho es que no me gusta ver sangre;<br />las razones me las reservo. ¿Estás de acuerdo, o tendremos que negociar<br />otra solución?"<br /><br />De nuevo, por sólo un instante, la expresión de Greg cambió, tornándose en<br />el gesto serio de un juez observando al prisionero al que a continuación<br />condenará a muerte. Sin embargo, esto pasó sólo mientras terminaba de<br />escuchar a su compañero. De inmediato su sonrisa, y su respuesta estuvieron<br />allí, rápida y baja esta última. "Kieran, viejo lobo, no tenemos tiempo<br />para esto. Por supuesto que yo tampoco deseo sangre, y eso es lo intento<br />evitar. Usa el miedo a la espada, más no la espada. ¿No es ese mi lema? El<br />escolta salvará su vida o no dependiendo de sus habilidades. Su suerte está<br />echada. Pero por lo demás yo no dije que los escoltas debían disparar, sólo<br />asustar. Y por cierto: ese duelo es a muerte". Greg subrayó sus últimas<br />tres palabras. "¿Harás lo que digo?", preguntó retomando su tono serio.<br /><br />"Afortunadamente, estamos buscando lo mismo. No soy partidario de<br />entrometerme en lides ajenas, pero la situación es grave. ¡Ojalá que todo<br />termine bien, al menos! Lo haré". Acto seguido, Kieran se dio la vuelta<br />hacia la proa de la nave, tan sólo para volverse de nuevo. "Gregory... ¿y<br />si nos descubren?" Lleno de aprensión, observó hacia los arqueros elfos<br />apostados a lo largo de la caravana, incapaz de ocultar un poco de<br />nerviosismo.<br /><br />"Mierda, Carr. ¿No lo he dicho antes? Quién no ha hecho nada malo no está<br />asustándose de su sombra. Ve abiertamente, y si alguien pregunta me señalas<br />a mí. Lo mismo va con los escoltas". Greg se volteó y emprendió su camino<br />hacia el final de la caravana, cerciorándose que a nadie le hubiese llamado<br />la atención su conversación y del estado de la justa.<br /><br />Luego de la breve conversación, Kieran se dio la vuelta hacia el frente de<br />la caravana. Una gran tarea lo aguardaba, y en cierto modo se sentía<br />aliviado. Algún día, se prometió, no dependeré de nadie para cumplir mi<br />destino. Pero por ahora, tendré que esperar. Siguiendo al pie de la letra<br />las instrucciones de Greg Hilltop, se dirigió con paso firme al escolta más<br />cercano, dispuesto a difundir el plan... </span></blockquote><span style="font-family: verdana;font-family:courier new;font-size:100%;" ></span>Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-44244615324804358062007-11-06T10:16:00.000-08:002007-11-06T10:29:02.447-08:00La orden final del Caballero / ¿Amigo o Enemigo? - Compilación #2El tema de esta compilación se divide en 2, cada parte corresponde a cada una de las escenas:<br /><ul><li>La escena I (La orden final del Caballero) es la de los héroes que se encuentran en una caravana, viajando desde Newport en dirección a Solace</li><li>La escena II es la de los dos héroes que emprenderán una travesía en búsqueda de un mineral llamado obsidiana.<br /></li></ul>Mientras los dos grupos de jugadores estén separados mantendremos las escenas por separado.<br /><br />En este momento aunque sólo se han publicado (contando éste post) 2 compilaciones, el juego ya ha tenido 18 compilaciones y aún los grupos no se han unido.<br /><br />Sin más aclaratorias de mi parte, a continuación tienen la Compilación #2<br /><br /><blockquote style="font-family: courier new;">-12 de Septiembre, año 32 Saer Cataclius.<br /><br />"Sepan, amigos míos, que al caer la tarde el día anterior al de la<br />partida de la caravana de la que les hablo, Tarasal Almondeyes<br />Pocketfinder escribía las últimas líneas del libro que relataba las<br />experiencias de la más reciente de sus grandiosas aventuras.<br />Comenzaba a sentir inquietud por emprender camino a otros rumbos,<br />cuando se enteró que a la mañana siguiente, partiría una caravana<br />hacia Solace. Lleno de emoción y de la natural curiosidad de un<br />kender, ante la posibilidad de irse en una nueva aventura y de tener<br />más historias que vivir, relatar y escribir, decidió que iría a dar<br />un vistazo.<br /><br />Además.. aprovecharía en llevar a su amigo Skimpiut Bratlip, y al<br />huésped de su cuerpo, el alma de un kender fallecido durante el<br />exterminio de Kendermore, a ver el homenaje a los últimos héroes.<br />Posiblemente la visión del homenaje a "su tío Tass" podría subirle<br />los ánimos y permitirle descansar en paz (al fallecido, por<br />supuesto). Ya sabéis como son los kenders.<br /><br />Después de asegurarse de llevar en su mochila todo lo necesario (y lo<br />no tan necesario) para irse de viaje - como unas buenas cuerdas, un<br />libro para anotaciones, una manta, algo de comida, ponche kender,<br />yesca y pedernal, un cuchillo y otros utensilios, parte de su<br />colección de plumas, etc. - y de percatarse de que en el bolso donde<br />llevaba a Peni (este era el nombre de su compañera ardilla voladora)<br />hubiesen suficientes semillas y frutas para ella, se acercó corriendo<br />(arrastrando prácticamente a su "poseído" amigo) y dando brincos<br />encontrose con las 12 carretas que componían la caravana.<br /><br />¡Sí! ¡Por supuesto que era la misma caravana!<br /><br />Tarasal al localizar el líder de la misma, se dirigió de inmediato<br />hacia él. Mientras se acercaba, pudo constatar una actitud de<br />incomodidad, en el simpático señor. Parecía que su saco y correas le<br />causaban alguna molestia - "si no, ¿porqué se las acomodaría tanto?" -<br />se preguntó el kender.<br /><br />Al llegar, le dio un efusivo saludo y le dijo: "¡quiero ir en la<br />caravana! ¿necesitas ayuda?"... mientras acordaba estos<br />pequeños "detalles" con el líder, Tarasal decidió que si iba a viajar<br />en esa caravana, entonces debía ser un viajero de utilidad durante<br />todo el viaje, así que resolvió socorrer al líder, con aquello que<br />tanto le incomodaba... aunque él no pareció apreciarlo... (eh... en<br />realidad ni siquiera pareció notarlo... )<br /><br />Por unos segundos, reflexionó si le prestaría alguna otra ayuda de<br />inmediato, llegando a la conclusión de que, como es el líder de la<br />caravana debía tener demasiadas responsabilidades, así que lo más<br />apropiado era aligerarlo de tantas ocupaciones y asignarse una<br />responsabilidad a sí mismo.<br /><br />Luego, de hablar y "ayudar" al líder, Tarasal examinó al grupo y sacó<br />su libro de la mochila para hacer algunas anotaciones sobre su nueva<br />amistad con el líder, y el aspecto de sus acompañantes de viaje.<br /><br />El líder, descargado imperceptiblemente de alguna pequeña porción de<br />sus pertenencias en el forcejeo... eh... saludo... con el kender,<br />decidió aprovechar el alejamiento del mismo para culminar negocios<br />con los dueños de la doceava carreta. A lo mejor el kender había<br />encontrado otra ocupación mejor.<br /><br />Al ver a las dos elfas, la emoción que Tarasal había sentido el día<br />anterior se incrementó, pensó: "¡estas gentes suelen ser un poco<br />serias y aburridas, pero tienen objetos hermosísimos e increíbles!" y<br />al percatarse de la presencia del anciano ensimismado, una gran<br />curiosidad lo invadió, se dijo "¿qué es lo que tanto ve este<br />anciano?, ¿en qué estará pensando?... habrá que averiguarlo!".<br /><br />Con sólo un poco de cautela, pues no deseaba interrumpir bruscamente<br />al anciano, se le acercó y le preguntó: "¿se siente bien?, ¿algo le<br />preocupa?"... A lo que el viejo respondió: "¿qué? ¿que si algo me<br />preocupa? ¡Ah! no. En realidad sí. Pero mientras algo me preocupe, no<br />me preocupo, porque significa que sigo siendo yo mismo, con mis<br />preocupaciones, y no uno de esos engendros... Pero es que no termino<br />de entender... oh.. ¡Claro!..." Pero de repente el anciano volvió a<br />enfocar sus ojos en la pecosa y puntiaguda nariz del kender y<br />dijo: "¡Pero lo que más me preocupa es que pase los últimos momentos<br />de mi vida dejando que mis últimas reflexiones en vida sean recibidas<br />y divulgadas de manera distorsionada, por una sanguijuela como tú!<br />¡Shu! ¡Shu! ¡Manténte lejos de mi bastón o lo lamentarás!".<br /><br />Luego de una rutinaria maniobra evasiva, y prosiguiendo con su<br />indagación sobre las distintas personalidades que formaban esa<br />caravana, Tarasal se tropezó con una mujer mugrienta y vestida con<br />trapos rotos. Luego, de observarla con detenimiento, pudo advertir<br />que se trataba de una figura con una belleza escondida, se dijo en<br />voz alta "pero muy en el fondo " y no pudo evitar decirle "¡a ver si<br />te das un bañito! ¿eh?".<br /><br />Por último, al descubrir una carreta vacía, dijo en un tono de voz<br />muy alto "¡Vacía!, ¡no puede ser!" y decidió que averiguaría más<br />sobre el asunto. Durante la primera noche de viaje, estuvo atento y<br />cerca de Gregory Hilltop y Kielan Carr. Percibió que Kielan Carr era<br />una persona muy reservada y un poco aburrida, así que decidió<br />entretenerlo con varias de sus mejores historias de aventuras, pues<br />estaba convencido de que a él le interesarían. Gregory Hilltop<br />definitivamente era un tipo simpático, aunque distante... al menos<br />con él.<br /><br />* * *<br /><br />Durante el viaje, el mercenario Aelensar se sorprendió viendo más y<br />más a "la chica de los harapos". Le asaltaba la curiosidad de saber<br />qué había visto en ella que le pareció conocido. Quizás un alma<br />gemela, quizás sólo un hermoso cuerpo... Pero no, tenía que ser más<br />que simple atracción sexual.<br /><br />"No parece estar acostumbrada al trabajo duro, ni tiene cicatrices, o<br />heridas de haber vivido en la calle. ¿Qué puede haberle pasado para<br />haber caído en esta situación?" - pensó Aelensar.<br /><br />"Y esos ojos..."<br /><br />Para sus adentros, Ael (que así le llamaban los de confianza)<br />reflexionó - "Ella tiene su trabajo, y yo el mío. Pero si en algún<br />momento la veo pasándolo mal con algo que deba cargar, pues seamos<br />caballeros" - rió entre dientes - "y ayudémosla."<br /><br />* * *<br /><br />La harapienta y enigmática viajera había pillado al mercenario<br />mirarla de reojo varias veces cuando éste pensaba que ella no se daba<br />cuenta. Su lenguaje corporal era la típica reacción masculina ante<br />una mujer que le llamaba la atención. "Espero que este sujeto no vaya<br />a ser un problema, me echarán de la caravana si ocurre un<br />espectáculo." - se descubrió pensando la humana, no sin cierto<br />sentimiento de superioridad, que le venía quién sabe de dónde.<br /><br />Pero sus ojos eran otra historia. Parecían tristes, pero con un ardor<br />de conflicto interno. "Hay que cuidarse del mercenario, es más de lo<br />que aparenta ser." Consideró prudente guardar distancia hasta saber<br />más de él.<br /><br />Llamativa resultó la llegada de una carreta vacía. Vacía no de<br />conductores, pues tenía tres, sino de carga. Dos hombres venidos del<br />mar, según parecían evidenciar sus sables y vestimentas, y un Guardia<br />de la Ciudadela de la Luz (¿cómo lo sabía?), se transportaban en<br />dicha carreta. Evidentemente ninguno de los marinos era bárbaro,<br />concluyó la harapienta mujer sin memoria, sorprendiéndose ligeramente<br />de su razonamiento. Uno de ellos parecía un hombre experimentado,<br />como quien ha llevado muchos golpes en la vida, pero nada más en él<br />llamaba su atención.<br /><br />Sin embargo, el otro marino le parecía extremadamente familiar. Y<br />atractivo. Vestía pantalones, botas y guantes de cuero negro,<br />acompañados de una camisa ancha de manga larga y una capa azul<br />oscuro.<br /><br />* * *<br /><br />Durante las primeras noches de viaje, Kieran Carr pasó sus guardias<br />mirando fijamente a las fogatas. Sentado. Pensando. Y en ocasiones<br />conversando, pues eran esos los momentos en los que era más accesible<br />para entablar conversación, aunque en ningún caso podría decirse que<br />fuese un gran conversador.<br /><br />Su cara, inexpresiva la mayor parte del tiempo, junto a su corta<br />camisa sin mangas, pantalón de tela, botas sencillas, bolso de<br />ganancias y su inseparable sable (aunque no fuese suyo), constituían<br />su primera barrera de defensa ante las intromisiones en su vida<br />personal. No vaya a ser que intentasen averiguar algo de su incómodo<br />pasado.<br /><br />* * *<br /><br />Por su lado, Tarasal, cuando no estaba ocupado en investigar algún<br />asunto que le llamara la atención o de cuidar las cosas de los demás,<br />Tarasal se dedicaba a escribir algunas frases en su libro y a<br />compartir con Peni, enseñándole un par de nuevos trucos. Los demás<br />participantes de la caravana también podían advertir que Tarasal<br />pasaba buena parte del día "conversando" con su ardilla, llegando<br />algunos a considerar que esas pláticas eran un tanto extrañas.<br /><br />El kender había logrado algo de aceptación, o..<br />digamos.. "tolerancia", al ofrecerse como ayudante de cocina, y<br />como "explorador de vanguardia", caminando siempre un poco más<br />adelantado que el más adelantado de los escoltas de la caravana. Su<br />compañero de viajes, siempre taciturno y silencioso, hacía su mejor<br />esfuerzo para seguirle los pasos al chicharachero y "emplumado"<br />kender que insistía en llevarlo a la tumba de su tío.<br /><br />* * *<br /><br />30 millas al nor-noroeste, frente a un par de jarras de cerveza,<br />Gwydeon Medio-elfo, y Argento D´Alessandro discutían en voz baja los<br />últimos detalles de su pequeña excursión al risco rocoso ubicado al<br />sur de Solace. Gwydeon Ragnarok, como hechicero legionario aún no<br />acostumbrado a sus nuevas habilidades mágicas, afrontaba a los<br />recuerdos que estas le traían de su antigua vida adolescente como<br />mago túnica roja, antes de la Guerra de Caos.<br /><br />Pero el tiempo había pasado. "Demasiado rápido, y lento al mismo<br />tiempo" -se decía a sí mismo, al sorber lo que quedaba de la espuma<br />ya caliente de la cerveza. Ya era el año 32 después del llamado<br />Segundo Cataclismo. Y ahora tenía nuevamente sentido su vida. Ya no<br />era sólo un hombre más con una espada en la espalda. Era un hechicero<br />formado por su Maestro, un Legionario de Steel, y su propósito<br />próximo estaba ahí, frente a él. No era precisamente la jarra de<br />cerveza, sino la veta de obsidiana que debía investigar. Una posible<br />nueva forma de encantamiento estaba raramente relacionada con el uso<br />de la obsidiana, según rumores de un grupo de elfos rebeldes de su<br />patria natal le habían indicado. Se le había confirmado este rumor en<br />la Legión de Steel, y su misión de prueba, que le permitiría<br />convertirse en un Maestro Legionario, era develar este misterio. Una<br />vidente Legionaria había presagiado su descubrimiento hacia el año 32<br />o 33 Saer Cataclius. Pero en su visión siempre lo visualizaba sólo,<br />así que debía ocurrir durante su misión en solitario. No le debía<br />acompañar su Maestro. Ni tampoco un inexperimentado aprendiz. Otras<br />personas podrían estar, pero él sería el único Legionario.. que él<br />supiese, al menos. Afortunadamente una conversación con el pequeño,<br />robusto y bonachón leñador humano, Argento, le había revelado la<br />ubicación de una veta de obsidiana en el risco que se encontraba a lo<br />lejos. Hubiese podido entrever el risco si no fuera por el gracioso<br />vitral que adornaba la ventana de la célebre posada "El Último Hogar"<br />y las innumerables ramas de los demás vallenwoods sobre los cuales se<br />encontraba la mayor parte de las casas de los habitantes de Solace.<br /><br />"Me llevo mi espada, mis dos dagas, mi arco largo y mis flechas" -<br />revisó mentalmente el medio-elfo oriundo de Qualinesti- "creo que 22<br />flechas bastarán. Llevo también mi cuerda de 15 metros, con su<br />garfio, mis raciones de viaje, mi bota con agua, el pico de minería<br />que me prestó el enano amigo de Argento, y la alforja donde guardar<br />un trozo de la obsidiana. El plan, entonces, es recogerla y luego ir<br />a hablar con el enano que residía en la casa del célebre Flint<br />Fireforge, para ver si él me puede decir más cosas acerca del<br />material o si sabe quién es capaz de trabajar con esa piedra<br />preciosa."<br /><br />Gwydeon palmeó la espalda de su amigo, - "habrá que ver ese lugar" -<br />le susurro al oído, consciente de que no debería revelarle a toda la<br />posada la razón de su expedición. Obtener un poco de esa roca extraña<br />le permitiría saber algo de sus propiedades. ¿Sería que el rumor de<br />la daga mágica de obsidiana había sido una confusión, y la misma era<br />un objeto mágico de épocas anteriores a la Guerra de Caos?. Si ese<br />era el caso, no dejaba de ser un gran peligro el que un objeto mágico<br />(porque estaba casi seguro de que eso era) cayera en manos<br />equivocadas, o mucho peor, en manos de los Caballeros de Takhisis...<br /><br />Luego de la amena charla y la fría cerveza como recompensa de un día<br />de duro trabajo, Argento accedió a llevar a su joven amigo a ver lo<br />que desde tanto tiempo le tenía inquieto: "una veta de obsidiana en<br />los riscos de las afueras de Solace". El Medio-elfo había dicho algo<br />que a Argento fue como si le hablase en idioma de dragón porque no<br />entendió mucho de lo que escuchaba. No es que alguna vez hubiese<br />hablado con un dragón... pero alguna vez encontraría a El Verde en el<br />bosque y... bueno, quién sabe qué podría ocurrir. Ante las<br />precauciones de Gwydeon, Argento sólo pudo sonreír. No entendía cuál<br />era su preocupación, pero seguramente es por ser<br />Legionario. "Extraños modos de pensar y de actuar, es un Legionario<br />después de todo" se dijo y tomó su hacha y se encasquetó su capucha<br />de cuero.<br /><br />El Legionario tomó también sus alforjas, y siguiendo a su bajo pero<br />rudo compañero, se dirigió a la puerta, mirando de reojo todos los<br />rincones de la posada, asegurándose de que nadie hubiese escuchado<br />esa conversación, o al menos, nadie caminara sobre sus pasos.<br /><br />Argento, por otro lado, no parecía precisamente un leñador más. Desde<br />que tuvo que aprender a usar su hacha doble para separar algo más que<br />corteza, en la defensa de algunos intentos de invasión a Solace,<br />lleva una armadura de cuero y un protector de cuero para su cabeza.<br />Su hacha, un poco más larga que la mitad de su altura (tenía como<br />unos 80 cms de largo), descansaba sobre su espalda, meciéndose con su<br />tosco caminar. El hacha siempre iba con él... y como todos en Solace<br />sabían, no era para fastidiar a nadie sino sólo porque él "adora su<br />hacha".<br /><br />Al mirar a Gwydeon vigilar la retaguardia antes de tomar el sendero<br />que los llevaría a la veta, no pudo sino suspirar. El medio-elfo<br />parecía más apresurado que nunca. En fin, transcurrían ya 4 meses de<br />los 6 que se suponía debían pasar como máximo para cumplir la misión<br />que le asignara la Legión de Steel. Siempre se había sentido<br />inclinado a aconsejar al muchacho. Había llegado hacía ya año y medio<br />a Solace, y se convirtió en aprendiz de Legionario y de las artes de<br />la nueva hechicería. Sin embargo, siendo el medio-elfo un tipo<br />básicamente solitario y al principio bastante taciturno (digamos que<br />algo descentrado), en algún momento luego de su llegada no pudo sino<br />acercarse a sacarle conversación. De ese momento había nacido una<br />camaradería muy cierta.<br /><br />Repasó mentalmente una vez más el camino al risco de la veta de<br />la "cosa" negra. El joven le había preguntado acerca de lugares donde<br />él supiese que habría obsidiana. El leñador le había contestado que<br />no tenía la menor idea de lo que era esa tal "osciliana". Ahora si<br />había aprendido a decir el nombre del mineral, del cuál supo que<br />sabía gracias a la interesante descripción del Legionario. La misma<br />coincidía con lo que recordaba haber visto en aquel risco, mientras<br />buscaba un árbol bueno para talar.<br /><br />"No todos los árboles eran buenos para talar"- pensaba Argento-<br />. "Algunos eran saludables. Otros eran de dudoso futuro, y quizá<br />estaban en su último esfuerzo de surgir, pero esa esperanza era menos<br />beneficiosa para el bosque, que el posible crecimiento de los<br />juveniles árboles a nivel del suelo". Una misteriosa dama envuelta en<br />capas le había aconsejado al respecto hacía ya muchos años. Mucha<br />niebla había aparecido junto a la mujer, así que había decidido que<br />mejor era no molestar a las mágicas gentes del bosque. Después de<br />todo le agradaba caminar por el mismo. En él se sentía más a gusto<br />que entre la gente bien vestida y pretenciosa de honores.<br /><br />Tomaron rumbo a los riscos y justo a la salida del pueblo sucedió<br />algo extraño...<br /><br />Gwydeon notó, mientras daban vuelta al último árbol Vallenwood<br />habitado de Solace, que alguien lo observaba desde adentro del<br />pueblo. Una figura encapuchada en una capa gris oscuro les seguía con<br />la mirada desde un lugar semi-oculto por las ramas bajas de un roble.<br /><br />Sin apurar el paso, Gwydeon dejo que los mismos arboles del camino se<br />interpusieran entre ellos y la figura encapuchada. Nunca olvidaba un<br />rostro, y tomo especial precaución en recordar lo poco que había<br />visto de ese extraño personaje -"Odio a la gente indiscreta"- se dijo<br />a sí mismo mientras que trataba rápidamente de crear un plan. Cuando<br />parecía que se habían separado bastante del pueblo, le dijo con voz<br />baja y clara (como para que su amigo no tuviera que preguntar de<br />nuevo sobre que le hablaba) - "Creo que nos siguen, pueden ser<br />ladrones comunes o algo peor, estate atento y trata de dar tantas<br />vueltas puedas antes de llegar a la veta, quizás con eso ganemos algo<br />de tiempo" - Y dicho esto, casi inconscientemente, dejó que su mano<br />tomara el arco, tal vez lo necesitaría mas tarde...<br /><br />Argento no supo si los nervios traicionaban a Gwydeon por creer que<br />se acercaba a lo que había buscado desde que llegó a Solace, o si se<br />trataba de una preocupación justificada (o justificable). Argento<br />trató de ver por el rabillo del ojo pero sólo vio árboles, maleza y<br />un corto trecho de camino pero no vio a nadie más detrás de ellos. El<br />camino a la veta era casi directo, pero ante la sugerencia del joven<br />prefirió recorrer un poco los árboles más vistosos de la zona, esos<br />que alguna vez juró que nunca derribaría. Así que sugirió mediante<br />una seña que dejasen el camino abierto, cosa que no le molestaba ya<br />que el bosque era su lugar; aguzando los sentidos mientras descolgaba<br />su hacha y tomaba una piedra de amolar que llevaba siempre en el<br />bolsillo, con una mezcla de expectación y duda. Comenzó a afilar su<br />hacha, esperando la respuesta de Gwydeon.<br /><br />Pero Gwydeon no parecía querer hablar, cada sonido superfluo podría<br />afectar su estado de alerta. Presto atención con todos sus sentidos a<br />cada rama que caía, pero intentando no dejar que sus nervios lo<br />traicionasen, y terminara enterrando una flecha al primer pájaro que<br />pasara demasiado cerca. Miro a su compañero, el cual no parecía<br />demasiado preocupado, algo expectante tal vez, afilando su hacha con<br />una aparente calma. Gwydeon tan solo esperaba que sus posibles<br />perseguidores cometieran el más mínimo error, el último de toda su<br />vida. Porque la verdad es que, en sus años como mercenario, cuando su<br />vida se reducía a blandir una espada por unas cuantas monedas de<br />acero, ya se había enfrentado a infinidad de emboscadas, y había<br />aprendido un par de trucos para escapar de ellas. Y ahora volvía a<br />tener su magia, una quizás algo diferente de la Alta Hechicería con<br />la que se había enfrentado a las huestes de Caos, pero era ahora su<br />gran orgullo, su más preciada arma. Ya la había usado en las<br />aventuras con su maestro, pero esta seria su primera vez sólo... Sólo<br />sabia que los arboles que a lado y lado se levantaban podían ser su<br />peor amenaza, pero a la vez, su mayor ventaja ante cualquier ataque,<br />intentaba a su vez escuchar el murmullo de algún río, allí una<br />batalla contra varios enemigos, usando sus habilidades, podría<br />resultar mas interesante.<br /><br />Respiró profundo, y siguió a su amigo.<br /><br />Argento pensó, segundos después de dar la primera pasada a la hoja,<br />que mejor no debía afilar su hacha en ese momento. Eso podría<br />distraerlo recordando viejos momentos y maderos caídos... aunque en<br />realidad no quería poner más nervioso a Gwydeon haciendo como que no<br />le prestaba importancia al alerta que éste había dado. Mejor sólo<br />llevarla en la mano; podría ser sólo una vieja del pueblo, de esas<br />que quiere saber qué sucede siempre a su alrededor para luego<br />comentarlo con detalles añadidos, mas podría ser realmente una<br />amenaza que, de conocer al pequeño pero fornido personaje,<br />seguramente lo pensaría dos veces teniendo éste su hacha en la mano.<br />Como se dijo, segundos antes de sacar su hacha había dado una señal<br />de sugerencia al medio-elfo para adentrarse más en el bosque, dejar<br />el camino fácil para evitar ser seguidos. Menos de un minuto después<br />había guardado la piedra de amolar en uno de sus grandes bolsillos.<br />Pensó, además, que si se internaban en el bosque, su segundo hogar,<br />podría enseñarle algunas cosas al joven legionario de ese mundo bajo<br />los árboles. Tal vez lograría que apreciase ese ambiente tanto como<br />él. Ese pensamiento le reconfortó y se dijo a sí mismo que nada malo<br />podría sucederle al amparo de los grandes árboles... así que sin<br />esperar por la respuesta de Gwydeon y, con una sonrisa en el rostro,<br />sintiéndose como rey entrando a su reino se internó en la espesura<br />del bosque. Iba hacia el sur-este, hacia el hermoso valle que se<br />encuentra entre Que-Kiri, Solace y el Bosque Oscuro. Había allí un<br />bajo entre dos de las montañas que definían al valle, que permitía<br />acceder al mismo. Era en ese espacio entre cimas en donde se<br />encontraba el risco de la veta de "la cosa negra".<br /><br />* * *<br /><br />De entre la espesura que les aguardaba en el trayecto, Argento y<br />Gwydeon fueron sorprendidos por dos figuras encapuchadas. Una de<br />ellas pudo ser reconocida por el medio-elfo como la que los espió<br />desde Solace. La otra, a la derecha de los héroes, ya había arrojado<br />unas bolas (arma lanzable utilizada por algunas tribus bárbaras) a<br />los pies de Argento, quien apenas tuvo tiempo para intentar<br />esquivarlas. Las bolas enredaron sus toscas extremidades exteriores,<br />finalizando la maniobra con los respectivos 3 golpes secos de las<br />pesadas bolas envueltas en cuero. Argento se tambaleaba aún cuando<br />notó que sus orejas se cerraban sobre si mismas, impidiéndole<br />escuchar, y sus párpados se juntaban.<br /><br />La otra figura no hizo ningún ademán de ataque a Gwydeon, sino que<br />levantó su mano haciendo una señal que el medio-elfo pudo reconocer<br />como una seña secreta de la Legión de Steel. La oscuridad de la noche<br />le impidió detallar las caras de sus atacantes, quienes al parecer<br />esperaban por la reacción del Hechicero Legionario.<br /><br />* * *<br /><br />A esa hora en esa misma tarde, volviendo 30 millas al sur-sureste, la<br />caravana avanzaba ya por entre las colinas limítrofes del Bosque<br />Oscuro, por la izquierda, y el arrolluelo de Solace (que más atrás se<br />unía con el río White-rage). Hacía ya mediodía que habían dejado el<br />asentamiento Qué-Teh, poblado de una tribu de bárbaros de las<br />planicies.<br /><br />En su paso por este asentamiento, el mayor interesado en el "turismo"<br />y las baratijas que pudiesen conseguirse entre los bárbaros de las<br />planicies, había sido Tarasal. Con gran afán e interés buscó nuevas y<br />diversas plumas para incrementar su abundante colección.<br /><br />En esa hora, en la que el cielo empezaba a ruborizarse hacia el<br />occidente, aquellos de la caravana que no habían percibido la<br />anomalía que surgió súbitamente en el borde de las colinas que<br />ocultaban al Bosque Oscuro, se enteraron del fenómeno al mirar al<br />resto de los viajeros quienes observaban con extrañeza lo que ocurría<br />a la izquierda del sendero. El bosque que terminaba con las colinas,<br />no tan verdes por la cercanía del otoño, súbitamente había cambiado.<br />Parecía también haberse "acercado".<br /><br />Lo extraño no es que ya no fuese un bosque. O que no fuese el tipo de<br />vegetación. Sencillamente los árboles no eran los mismos, ahora eran<br />altos y más cercanos. Un parpadeo antes, Gregory Hilltop habría<br />jurado que observaba una baja colina que sostenía unos cerezos y<br />sauces de tamaño mediano. Ahora observaba unos altos Vallenwoods,<br />cedros, manzanos y robles. Su color apagado, en contraste con los<br />bosquecillos que bordeaban al valle por donde corría el sendero a<br />Solace, sólo era superado en incoherencia por la espesa niebla que<br />parecía yacer inmóvil entre los troncos de los árboles.<br /><br />Tarasal Pocketfinder con una mirada de gran intriga y sorpresa<br />observó la ubicación actual y recordó la que anteriormente tenía el<br />bosque. Experimentó un gran asombro ante lo que observaba porque por<br />un momento se quedó "casi" inmóvil, pero ese momento fue tan largo<br />para él, que comenzó a hacer movimientos rápidos con sus brazos<br />porque se le estaban acalambrado.. y en parte para compensar la<br />inmovilidad un poquito, a la que poco están acostumbrados los<br />kenders. Peni, su ardilla voladora, que se encontraba cerca de su<br />cuello se metió en el bolso súbitamente. El kender miró<br />desenfocadamente hacia el vacío durante un minuto, y movió sus manos<br />como si fuese a recibir un abrazo del aire que lo rodeaba, mientras<br />su rostro se volvía un poco más serio de lo normal.<br /><br />Un grupo de 10 jinetes elfos y 9 caballeros cubiertos de armaduras<br />negras, emergieron de la incongruente niebla, cabalgando a toda<br />prisa en dirección a la caravana. Al salir del bosque, uno de los<br />caballeros, con una poblada barba negra y nariz aguileña alzó la mano<br />derecha, que portaba una espada, en señal de pausa. El grupo de<br />recién llegados se frenó a lo que un kender podría catalogar<br />como "distancia de tiro de piedra", del costado izquierdo de la<br />caravana.<br /><br />Una pregunta se formó en la mente de Aelensar el mercenario - "¿Qué<br />demonios está pasando aquí? ¡Estoy seguro de que no había ningún<br />bosque hace un momento!" Miró, sorprendido, hacia el banco de niebla<br />entre los árboles, y a las amenazantes figuras que acababan de salir<br />de él. "¡Caballeros de Takhisis! ¡Y parecen tan sorprendidos como<br />nosotros!" - pensó con una sonrisa mental.<br /><br />Rápidamente, Aelensar repasó lo que sabía del grupo: Que hacia ese<br />bosque, y hacia el sur, están los dominios del dragón verde, llamado<br />Beryl. Que él gobierna al reino elfo de Qualinesti a través de los<br />Caballeros de Takhisis. Que se dice que el "Orador de los Soles" (el<br />rey élfico), es el hijo de Tanis y Laurana. Y que se dice de él, que<br />sólo es un títere de Beryl. Por lo tanto no era demasiado extraño ver<br />a unos elfos junto a caballeros oscuros, aunque a decir verdad, era<br />esta la primera vez que veía algo así con sus propios ojos.<br /><br />Pendiente en todo momento de lo que estaba aconteciendo, Aelensar<br />comenzó a ponerse en posición adecuada para afrontar lo peor... O lo<br />mejor, pensó, mientras una predadora sonrisa de medio lado marcaba su<br />rostro, y su mano se ceñía en torno al mango de su espada.<br /><br />Tarasal exclamó, por su parte: "¡Aja!, y ellos ¿qué querrán?"...<br />olvidando al parecer su extraño trance para continuar luego.<br /><br />El caballero oscuro giró su caballo toda una vuelta sobre sí mismo,<br />mirando sorprendido los alrededores, al parecer más impresionado por<br />el pasto que por cualquier otra cosa. Tras un segundo de reflexión,<br />acercó su caballo 5 pasos a la caravana y gritó: "En nombre de la<br />Reina Oscura, les exijo indiquen en qué dirección huyeron los<br />rebeldes. No tenemos intención de derramar vuestra sangre<br />innecesariamente, así que olvidad vuestras armas y responded a mi<br />pregunta. Si obráis así dejaremos que vuestro camino vuelva a sus<br />pies."<br /><br />Una voz chillona exclamó desde la vanguardia de la caravana -<br />"¿Rebeldes?, ¿cuáles rebeldes?, ¡yo no he visto ninguno!". Al<br />observar con más detalle a su intempestivo interlocutor, concluyó el<br />kender en voz alta -"Tú te pareces más a lo que yo llamaría un<br />rebelde".<br /><br />"¿Rebeldes?" - se preguntó también Aelensar para sus adentros,<br />compartiendo con el kender (y el resto de la comitiva) su extrañeza.<br />Su buen juicio le decía que se ocultara tras una de las carretas,<br />desde donde podría guarecerse de los ataques, y quizás escapar sin<br />ser descubierto. En ese descampado, sin armas con las cuales<br />enfrentar ese batallón, y superado numéricamente, era un suicidio<br />hacer frente al grupo.<br /><br />Los caballeros de negro, ignorando el comentario del kender, miraron<br />a la caravana con expectación y expresión orgullosa, el Sol de la<br />tarde reluciendo en los intrincados diseños de las placas de sus<br />armaduras, que emulaban las formas de calaveras, y lirios. Los elfos<br />miraron, por su lado, tanto a la gente como a sus alrededores,<br />escrutando incrédulos la pradera con expresión pesada, grave y<br />confundida. Cada uno de ellos llevaba un arco y una espada larga,<br />prestos a cualquier indicio de orden de ataque."<br /><br />"¡Arcos y magia! ¡Maldición! ¿Una espada no es lo mejor para<br />enfrentarse a un grupo con ambas cualidades... Pero eres todo lo<br />Aelensar siempre ha necesitado, verdad, belleza?" - pensó el<br />mercenario, mirando de reojo a su espada mientras la sonrisa volvía a<br />su rostro.<br /><br />Obviamente, hizo lo que sabía desde el principio que haría. Le habían<br />contratado para defender la caravana, y en ella había mucha gente<br />indefensa. ¡Y una mierda! ¿Por qué ocultar la verdad? Aunque<br />estuviera él sólo, y aunque no le hubieran pagado nada ¡estaría más<br />que contento de luchar esta batalla!<br /><br />* * *<br /><br />Dado que estaba en una contemplación interna - aprovechando el<br />momento libre de quehaceres - la mujer cubierta de harapos no<br />advirtió la llegada de los jinetes hasta muy tarde cuando ya estaban<br />encima de la caravana. Los sujetos lucían desagradables y peligrosos.<br />Aunque comprendía poco de la situación su intuición le decía que nada<br />bueno iba a resulta de este encuentro. Al ver las imágenes de las<br />calaveras en las placas metálicas de las armaduras, el vidrio de su<br />consciencia se empañó con nubes de recuerdos dolorosos y confusos.<br />Miraba a su alrededor, pero al mismo tiempo no lo hacía. Una parte de<br />ella parecía estar en una vasta oscuridad, tensa y agotada de dolor.<br />Pero nada más recordaba. Una cosa era clara: recordaba haber deseado<br />la muerte.<br /><br />* * *<br /><br />Greg Hilltop se alarmó al observar a los jinetes. La batalla podría<br />empezar al siguiente respiro. Mientras su mano izquierda liberaba el<br />seguro de la vaina de su sable, lanzó tres miradas.<br /><br />La primera fue dirigida a Carr y al guardia de Goldmoon, a los que<br />levantó un poco la mano, como señalándoles esperar y cubrirse atrás.<br />No les atendió más.<br /><br />El Guardia de Ciudadela se sorprendió ante la proactividad del marino<br />ante la tensa situación, pero, aparte de soltar el seguro de su<br />espada ancha, y ubicar con su vista el escudo en la parte posterior<br />de la carreta, no hizo ninguna otra cosa, ni osó abrir sus labios.<br />Hasta la respiración parecía ser demasiado sonora en comparación con<br />el tenso silencio ocasionado por el mandato del Caballero de Takhisis.<br /><br />La aparición súbita y extraña de semejantes personajes tomó<br />completamente por descuido a Kieran. "¡Qué demo...!" fue lo único que<br />pudo barbotar antes que la caravana estuviese flanqueada.<br />Sencillamente fabuloso, pensó. Salteadores, y muy bien preparados.<br />Sin embargo, al escuchar las palabras del aparente líder de<br />los "salteadores" se quedó perplejo. "¿Rebeldes? ¿De qué me está<br />hablando este fantoche? ¡Y de paso nos habla con tal prepotencia!<br />¿Qué se ha creído el muy...?". Antes de que pudiera seguir con su<br />línea de razonamiento, un escalofrío recorrió su espalda al ver que<br />Gregory, osadamente, avanzaba hacia el líder con su mano alzada. Poco<br />le importó que segundos antes su reciente pero carismático compañero<br />le hubiera indicado que se quedara en la retaguardia.<br /><br />Kieran Carr murmuró sin observar directamente a Hilltop -"Si llegan a<br />disparar, lo mejor es no convertirse en un blanco fijo y apuntar<br />hacia el bosque. Allí les será más difícil encontrarnos".<br /><br />La segunda mirada de Greg Hilltop la dirigió al cielo vespertino. Una<br />sonrisa torcida apareció fugazmente en su cara.<br /><br />La tercera, la más larga, la dirigió a los otros miembros de la<br />caravana. Observó la actitud de los arqueros y la tensión de sus<br />armas, así como cuán cubiertos estaban. En ello descubrió que los<br />arqueros parecían aún más expectantes que los caballeros. Sus arcos y<br />espadas reposaban en sus hombros y vainas, respectivamente, aunque<br />sobre los pomos de esas armas se encontrasen sus manos en tensión.<br /><br />Se tomó un segundo para ubicar a la "harapienta" y estudiar su<br />reacción frente a los malos. Ella mostró una mirada contemplativa<br />ante la situación, pero nada más.<br /><br />Luego, buscó con la mirada al líder de la caravana... quién yacía<br />sobre su caballo, boquiabierto.<br /><br />Al notar su inacción, Hilltop se despojó de la capa, dejándola<br />indiferentemente en la carreta. Acto seguido avanzó hacia el<br />caballero oscuro que había hablado, con la mano derecha en alto.<br /><br />"Veamos cómo salimos de esta", dijo para sí mismo, mientras caminaba.<br />Una inocente sonrisa apareció en su rostro.<br /><br />* * *<br /><br />¿Que pretendía hacer el hombre de la capa (ahora sin ella), y por qué<br />la sonrisa? ¡O sabía algo que no era del conocimiento del resto de la<br />caravana o era loco! - Concluyó la dama cuyo atuendo de batalla se<br />restringía a los harapos y un cuchillo de cocina envuelto en trapos<br />de dudosa higiene.<br /><br />* * *<br /><br />Aelensar, al unísono se ponía a paso calmado entre la caravana y los<br />caballeros, sin adoptar poses amenazantes - una cosa es saber dar<br />batalla, y otra comenzar una por gusto - se dio cuenta de que<br />su "buen juicio" y él estaban peleados. De por vida.<br /><br />La sonrisa seguía en su rostro...<br /><br />Aelensar observó como dos de los elfos que acompañaban a los<br />Caballeros Oscuros, quienes cerraban la "retaguardia", siguieron con<br />la vista sus lentos movimientos. Ninguno de los dos pudo evitar<br />interrogarse mutuamente con la mirada, tras buscar rápidamente con<br />sus aguzadas vistas, otras señales entre la caravana...<br /><br />* * *<br /><br />Mientras avanzaba la tarde, se hacia notablemente más fría. ¡Cómo<br />estar seguro de dónde venía ese gélido aire!.<br /><br />Greg volvió a mirar al cielo, fugazmente. Luego volteó a ambos lados,<br />manteniendo en lo posible el cielo en su rango visual. Cuando volteó<br />a la derecha su cabeza siguió el giro tanto como su nuca lo permitió,<br />observando así la caravana. Todo esto duró lo que tardo en dar seis<br />lentos pasos.<br /><br />Esa rápida inspección le permitió apreciar que los miembros de la<br />caravana, en general, parecían tan sorprendidos como el inútil<br />comerciante que "lideraba" la caravana. Al menos nadie había salido<br />corriendo como un niño,... lo cuál le recordó la presencia del<br />kender, pero el instante de alarma pasó de largo, cuando confirmó que<br />el kender parecía afirmar con su cabeza, gesticulando hacia el aire.<br />Aunque fuese un gesto nada común, al menos no vendría a extender la<br />mano a los caballeros, ni... lo que sería mucho peor... a lanzarles<br />puyas.<br /><br />Fue cuando volvía a mirar a los guerreros malignos que notó al<br />mercenario. Se detuvo. Su cara mostró una seria expresión, pero sólo<br />por el más breve de los momentos. Después su sonrisa de simpatía<br />reapareció, pero esta vez concentrada exclusivamente en el valiente<br />hombre que estaba a su izquierda. Se mantuvo allí, con la mano en<br />alto por unos segundos, observando al hombre fuertemente armado. Un<br />hombre que cargaba una ballesta, si, pero se enfrentaba sólo con su<br />espada a una compañía de arqueros...<br /><br />... arqueros mortalmente élficos. ¡Que irónica era la Quinta Era!<br /><br />* * *<br /><br />La vista de los arcos le incomodó sobremanera, ciertamente. Si eran<br />lo suficientemente diestros, esos arqueros acribillarían a la<br />caravana en segundos. Pero tampoco podía tolerar la idea de que<br />Gregory se arriesgara de un modo tan temerario. Entre la indecisión y<br />su propia timidez, Kieran tan sólo tensó sus músculos de las piernas,<br />dispuesto a auxiliar a Gregory de ser necesario, y desenfundar el<br />sable en la carrera. Viejos hábitos de entrenamiento militar<br />regresaron a su mente - "Si llegan a disparar, lo mejor es no<br />convertirse en un blanco fijo y apuntar hacia el bosque. Allí les<br />será más difícil encontrarnos". En resumen, pensó que de ser<br />necesario, pelearía por la vida de los integrantes de la caravana -<br />"Tal vez eso pueda redimirme" - pero estaría más a favor de la idea<br />de huir hacia el bosque, al unísono -"Daré la señal, aún si me cuesta<br />la vida.. y Gregory... espero que sepas lo que haces, ¡por Paladine!<br />¡Me disgustaría sobremanera tener que ir en tu ayuda primero que<br />nadie!"<br /><br />Kieran sopesó una vez más la situación. Detalles nuevos afloraron en<br />su mente, trabajando incansable en una situación de vida o<br />muerte. "¿Arqueros elfos? ¿"Trabajando" para Takhisis? Si es cierto<br />que éste es un escuadrón de las hordas de la Reina de la Oscuridad,<br />entonces..."- volvió a dar una mirada nerviosa a su alrededor, los<br />arqueros y el líder. "Huir es casi imposible"- aseveró. "Nos cazarán<br />antes de que logremos escondernos bien en el bosque. Sólo quedan 2<br />opciones entonces: o proclamamos que no sabemos nada - lo cual es<br />cierto - (que es lo que espero que Gregory haga, caminando sobre<br />hielo delgado), o peleamos... pero llevamos una gran desventaja.<br />Aunque el hecho de que parecen tan confundidos como nosotros quizás<br />nos proporcione la ventaja del factor sorpresa..."- febrilmente, el<br />conocimiento militar acudía a Kieran en un raudal indetenible, hasta<br />que llegó a una decisión final: "Esperaré ver qué se trae Gregory<br />entre manos. Capaz y el chicuelo me enseña un par de cosas. Si eso<br />falla... bueno, no importará demasiado. Pelearé. Por Ellemir que<br />pelearé sin descanso". Miró al cielo en actitud nostálgica y luego<br />bajó la mirada hacia donde estaba el líder. En pocos segundos se<br />decidiría el destino. Apretó los dientes y los puños...<br /><br />* * *<br /><br />El líder de la caravana, un comerciante humano de nombre Lienkor<br />Pernan, de acento solámnico, ya entrado en los 30, parecía no creer<br />lo que había sucedido. Salió de su momentáneo trance de incredulidad,<br />al observar como se incorporaba el marinero, y caminaba con la mano<br />en alto, a la derecha de uno de los escoltas mejor armados.<br /><br />Rápidamente desvió su mirada del marino que viajaba con los de la<br />carreta vacía, y la volvió hacia el líder de los imponentes<br />seguidores de Takhisis. Retomando los rieles de su conciencia,<br />adelantó su caballo con la menor brusquedad posible, y trató de<br />acomodar los músculos de su rostro para no mostrar el temor. Había<br />considerado bajarse del caballo, pero la esperanza de huir en caso de<br />ser necesario, y la poca confianza en que podría evitar el temblor en<br />las piernas, le convencieron de mantenerse en su montura.<br /><br />Al empezar a moverse, y un poco temeroso de la vergüenza de que uno<br />de sus "clientes" hablara por él, alzó la voz (con una calma<br />claramente forzada), diciendo: "Honorables Caballeros, tengo el<br />agrado de informarles que hemos hecho nuestra travesía sin muchas<br />novedades. Hasta este momento, en que tuvimos la gracia de<br />encontrarnos con ustedes, hemos sido los únicos en el sendero. De<br />cualquier modo, no dudéis que estaremos alerta por la presencia de<br />esos peligrosos rebeldes."<br /><br />El comerciante a cargo de la caravana nunca le pareció a la bella<br />pordiosera un hombre de gran valentía desde el principio del viaje,<br />pero al escuchar sus palabras dejaba su naturaleza al desnudo, estaba<br />segura de que si los sujetos le pedían todos los valores de la<br />caravana, el comerciante los ayudaría a transferir los bienes.. ¡y<br />guardarlos!. Volteó la mirada hacia los caballeros negros...<br /><br />No fueron menos de 3 los caballeros que irresistiblemente sonrieron<br />ante tan absurdamente cordial respuesta, posiblemente arribando a la<br />misma conclusión que la harapienta. El barbudo caballero levantó las<br />cejas con diversión, y haciendo una mueca cínica con los labios<br />respondió, en el mismo tono protocolar con que el comerciante se<br />dirigió a él: "Si es así, y dado que no parece haber, en efecto,<br />nadie más en esta zona del valle, os solicitaré que seáis amables y<br />no opongáis resistencia mientras nos cercioramos de que ninguno de<br />los integrantes de vuestra caravana es uno de nuestros "peligrosos"<br />rebeldes Qualinesti." Y con este final de frase, hizo una señal con<br />la mano izquierda. "Caballeros Guerreros Uth Ewgan y Trevor, tomen a<br />5 de la Guardia Qualinesti y revísenlos. No olviden buscar en la<br />carga de las carretas." Tras esto, uno de los caballeros hizo<br />calmadamente un ademán a 5 de los elfos quienes se acercaron de<br />inmediato. Él, junto a los 5 qualinestis, y al otro caballero oscuro,<br />se adelantaron al Jefe de Garra, avanzando hacia el comienzo de la<br />caravana en un trote "calmado".<br /><br />Ante esto, y observando el movimiento de Aelensar, los restantes<br />escoltas intercambiaron miradas, y tensaron sus músculos, con<br />indecisión en cuanto a si cambiar de posición o no. Originalmente<br />estaban relativamente igual distribuidos a lo largo de la caravana, a<br />ambos lados. Aunque la niebla quedaba atrás, entre los árboles,<br />parecía que el aire tenso que se respiraba en la caravana, parecía<br />más niebla que aire. Niebla de temor.<br /><br />* * *<br /><br />Ritchgard Blackmore, Caballero del Lirio Negro, casi no pudo contener<br />una risa verdaderamente descontrolada al ver las cómicas caras<br />asustadas de los aventureros. Era como si los viejos días de<br />escaramuzas en los bordes de Teyr volvieran; las caras de los<br />escuderos y novatos deformadas por el terror de tener ante sí una<br />carga de draconianos con sus alas extendidas. Tenía lógicas dudas<br />acerca de si sobrevivirían estos tiempos de pesadilla. -¡Por la Reina<br />Oscura, si alguna vez volvía! ¿cómo era posible que el futuro<br />dependiera de esos vulnerables seres?- exclamó para sí mismo,<br />reconociendo aún así que sentía simpatía por ellos. Sinceramente<br />extrañó a su verdadera montura, ella le habría aclarado que su deber<br />no era hacer filosofía. Con seguridad los viajeros morirían, si no<br />confrontaban la necesidad. "Son varios los que deberían pagar este<br />error. Y veré que así sea" - se dijo Blackmore, al volver la vista al<br />camino que tenía adelante.<br /><br />* * *<br /><br />"¿¡Las elfas!?" - pensó Aelensar - "¿Será a ellas a quienes están<br />buscando? Tenían pinta de estar escondiéndose de alguien..."<br /><br />Inmóvil, repasó la posición de las elfas en la caravana, sopesando si<br />podrían esconderse a la revisión, en caso de desearlo.<br /><br />"Bueno, si es por revisar ¡que revisen lo que les dé la gana!" -<br />pensó - "Pero esta caravana está bajo mi protección, y no dejaré que<br />ningún desgraciado caballero, por muy apoyado que esté, se lleve a<br />ninguno de los que viajan en ella."<br /><br />Y con una expresión amarga, añadió para sus adentros -"Ni siquiera al<br />kender".<br /><br />A medida que los elfos y Caballeros de Takhisis se aproximaron a la<br />caravana, Aelensar se aproximó a ellos tangencialmente. Su actitud no<br />era amenazante, pero era evidente que no se permitiría despegarse de<br />ellos demasiado. "¡Bien, señores!" - pensó - "veamos cómo llevan a<br />cabo su revisión..."<br /><br />* * *<br /><br />Al oír las pacíficas palabras del jefe de caravanas, Kieran pudo<br />relajarse un momento. "Muy probablemente no pase de una mera<br />revisión. No creo que tengamos algo que ocultar ¿o sí? A menos que<br />estén buscando a ese par de elfas"- dudó el veterano -"¡no han<br />ocultado muy bien el hecho de ser lo que son!" - y aquí la faz de<br />Kieran cambió a un ligero aire despectivo, y miró brevemente hacia<br />donde se suponía que estaban dichas beldades - "no hay mucho de qué<br />preocuparse, pero si se les ocurre ligarnos como cómplices de<br />resguardarlas..." -se estremeció al imaginar la carnicería que podría<br />surgir de cumplirse tal hipótesis. "No soy partícipe de pelear aquí y<br />ahora, a menos que se me presente el caso. E incluso entonces..."-<br />imágenes de años atrás se presentaron en su conciencia, y cerró los<br />ojos en un ademán fútil para alejarlas.<br /><br />Sacudió su cabeza, esperando aclarar sus ideas.<br /><br />* * *<br /><br />La harapienta, quien no recordaba haber recibido entrenamiento<br />militar, sintió que su sangre se avivaba ante la tensa situación.<br />Para ella estaba sorprendentemente claro que la falta de liderazgo en<br />la caravana iba a ponerlos en situación difícil si se producía un<br />conflicto, los mercenarios carecían de una dirección a tomar. En<br />realidad como que nadie sabía que hacer, los caballeros parecían que<br />iban a tomar el control de la caravana... parecían moverse como uno<br />sólo, bajo la mirada de su líder.<br /><br />* * *<br /><br />Greg Hilltop odiaba sudar. Y el sudor húmedo en su nuca parecía<br />además estar tomando la contextura de la leche agria.<br /><br />Desde el momento en que el solámnico hablara, hasta que fue<br />respondido por el líder de garra, su expresión sufrió una larga<br />transformación, hasta parecerse mucho a la del hombre que, montado a<br />caballo, comandaba la caravana.<br /><br />De repente Greg volvió a ser él mismo y su sonrisa reapareció.<br /><br />"¡Salud, Caballero Oscuro! ¡Pueda Sargonnas volver también y dar<br />justo castigo a nuestros ofensores!"- exclamó en la lengua de Ergoth,<br />amistoso.<br /><br />"No hemos visto rebelde alguno, mas si en verdad los buscáis,<br />deberíais volver vuestra vista al sur y al oeste, hacia donde los<br />árboles se espesan; es allí donde aquellos que han causado vuestra<br />cólera se refugian. Aquí no conseguiréis más que súbditos humildes<br />de..." -rápidamente cambió a abanisinio- "La Muerte Verde" -y<br />volviendo a ergothiano concluyó, "y viajeros bien ocupados".<br /><br />"No pretendo retaros, no yo; pero la situación es incómoda y, a menos<br />que poseáis poderosa magia, vosotros tenéis muchas millas que<br />recorrer para llegar ante vuestro superior y evitar que la cena se<br />enfríe. Consideradlo bien: estamos a menos de una milla de Solace y<br />la patrulla debe estar por hacer su ronda. Podéis volver con vuestras<br />manos vacías pero completos, o con las manos vacías excepto por<br />varios cadáveres sobre los lomos de sus caballos. ¿Qué le dará más<br />gloria a vuestra Oscura Majestad? ¡Nosotros no llevamos rebeldes y<br />vosotros ya habéis fallado, ¡no hagáis vuestra desgracia mayor!"-<br />argumentó, con gran seguridad de sí mismo, Greg en el mismo tono<br />respetuoso y jovial.<br /><br />* * *<br /><br />"Valiente y descabellado a la vez" -pensó Kieran Carr al escuchar el<br />insólito diálogo de Greg. "Al menos espero que eso les enseñe a no<br />ser tan... arrogantes" - reflexionó dejando escapar un suspiro de<br />cansancio adelantado. Dado que evidentemente esas palabras<br />provocarían una pelea, de por sí inminente, Kieran volvió a tensar<br />sus músculos y miró rápidamente a su alrededor, en búsqueda de<br />guerreros que ya estuvieran aunque fuera medianamente prestos para la<br />lucha, como él. Aparte de los 5 mercenarios, el par de elfas, y su<br />compañero... la búsqueda había sido inútil. Con toda seguridad el<br />pasto lucirá rojo en este atardecer, por razones más dramáticas que<br />el periódico rubor del Sol de las tardes.<br /><br />* * *<br /><br />"¡Está definitivamente Loco!". A la pordiosera no le quedaba la menor<br />duda de que aquí correría sangre, luego de escuchar las palabras del<br />apuesto marino. Rápidamente miró a sus alrededores para medir la<br />situación. Quería ver la reacción del guardia en la carreta donde<br />viajaba el marino ante la osadía de su acompañante. Los mercenarios<br />estaban tensos y todos mantenían una mano posada sobre un arma de<br />algún tipo, aunque claramente no deseaban desenvainar inoportunamente<br />sentenciándolos a todos a muerte.<br /><br />A todas estas había perdido de vista a la persona bajita (¿Kender era<br />su nombre? ¿o su raza? estos son los problemas de lidiar con memorias<br />con muchos huecos) -"¿a dónde se habrá metido? ¿estará a la cabeza de<br />la caravana?"- se preguntó la humana.<br /><br />Optó por acercarse a las elfas y al anciano ya que tenía una<br />corazonada que todo esto tenía que ver con ellos. Si estaba<br />equivocada igual habría mayor seguridad en grupos.<br /><br />Siguiendo la mirada divertida (extraño asunto, dentro de este<br />contexto) del anciano, encontró que las dos personitas que buscaba<br />estaban a punto de ser ignoradas dentro de la revisión de los<br />caballeros, a juzgar por la dirección que estos llevaban,<br />encaminándose directamente hacia el guardia que iba al frente de la<br />caravana.<br /><br />* * *<br />"¡Uth Ewgan¡ !Trevor! Continuad vuestro trabajo"- exclamó molesto el<br />jefe de la garra de Caballeros de Takhisis al ver que sus caballeros<br />titubearon ante las palabras de Greg Hilltop.<br /><br />"Disculpadme que no me fíe de vuestras inteligentes palabras, maese<br />marino"- respondió con gravedad al intrépido humano echando un último<br />vistazo a sus alrededores. "Si fuese cierto que estamos en las<br />proximidades de Solace, y esto no es una simple ilusión de uno de sus<br />elfos fugitivos, entonces comprenderéis no habría problema (para<br />ustedes) en que verifiquemos la identidad de los que os acompañan. El<br />riesgo lo asumimos nosotros, no ustedes. Os doy mi palabra de honor<br />de que no se os hará daño si cooperáis. ¡Que la Reina de la Oscuridad<br />me abandone en el abismo si llegare a incumplir mi promesa!. Ahora<br />que... sería lógico que la seguridad que tenéis de la llegada de una<br />patrulla de Legionarios en cualquier momento debería inclinarles a<br />acceder pacíficamente a la revisión"<br /><br />"Si por el contrario, mostráis resistencia a nuestras intenciones,<br />supondré simplemente que desconfiáis de la duración o efectividad de<br />vuestro sortilegio, y lamentareis altamente vuestra existencia." -<br />Dijo con ojos centelleantes, deteniéndose en el gesto que había<br />iniciado para envainar su espada, momentos atrás, y luego<br />culminándolo con brusquedad.<br /><br />"Con esa hábil mente, mi amigo, comprenderá que llegar con las manos<br />vacías a mis superiores, habiendo sido burlados por una tonta<br />ilusión, no me permitirá sino cualquier otra cosa, entre la<br />humillación en la Orden, hasta pasar a convertirme en la cena de los<br />secuaces de La Muerte Verde, como bien has optado por llamarla. Así<br />pues, prefiero que encontremos la cena tan fría como el muro de<br />hielo, a permitirnos un fracaso por omisión"- concluyó con amargura<br />el Caballero del Lirio.<br /><br />"Os hago una última concesión, hipotéticos inocentes viajeros de las<br />planicies Abinisinia:"- dijo antes de permitir que se le diese<br />respuesta a sus palabras- "si acabáis con la ilusión en este momento<br />y os rendís, les perdonaremos la vida y seréis hechos prisioneros. Se<br />os tratará con el debido respeto que tiene aquel que acepta su<br />culpabilidad con gallardía. En cualquiera de los casos, os ordeno<br />colocaros todos ordenadamente al costado izquierdo de cada una de las<br />carretas, incluso si no viajáis en una, descubrid vuestros rostros y<br />poned vuestras armas en el suelo dos pasos frente a ustedes"- exigió<br />el Caballero Guerrero, autoritario- "Caballeros"- prosiguió<br />refiriéndose a los restantes caballeros de Takhisis que quedaban tras<br />él- "Aseguraos que nadie escape o se esconda".- tras lo cual se<br />empezaron a desplegar a lo largo de la caravana, por el flanco<br />izquierdo, acompañados por la Patrulla de Guardias de Qualinesti.<br /><br />"Ustedes también. Deponed vuestras armas."- demandó por último,<br />señalando a Hilltop, al líder de la caravana (claramente palidecido),<br />y a Aelensar.</blockquote>Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-27976171505263382372007-11-05T11:04:00.000-08:002007-12-19T13:42:27.805-08:00Apariciones - Compilación #1<span style="font-family:courier new;">-12 de Septiembre, año 32 Saer Cataclius.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"Escuchad, gentes de bien, que en esta hora de retiro en la que nos </span><span style="font-family:courier new;">entretiene el crepitar del fuego de la posada, vienen a mi mente </span><span style="font-family:courier new;">hilos del tiempo. Hilos aún húmedos de ser creados por la oruga del </span><span style="font-family:courier new;">tiempo. Hojas caen, y no sabemos donde caerán, ni qué fruto ayudarán </span><span style="font-family:courier new;">a crecer. Es difícil entrever un milagro en sus comienzos, pero os </span><span style="font-family:courier new;">relato lo que veo, pues mis memorias propias no volverán, para bien o </span><span style="font-family:courier new;">para mal. Y las que tengo, las memorias de Krynn, no me pertenecen, y </span><span style="font-family:courier new;">siento que es preciso que las comparta con ustedes.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Dos mañanas antes de la de hoy, en el Delta de Qualinost, donde las </span><span style="font-family:courier new;">aguas de Abanisinia renuevan al ya no tan novicio Nuevo Mar, una </span><span style="font-family:courier new;">caravana como cualquier otra partió de Newport. 12 carretas empezaron </span><span style="font-family:courier new;">a dejar huella en la pradera abrazada por colinas, que se extiende </span><span style="font-family:courier new;">entre Newport y el pueblo de Solace durante poco más de 100 millas. </span><span style="font-family:courier new;">Cualquier habitante podría notar un conjunto de figuras peculiares en </span><span style="font-family:courier new;">ese grupo, cuál preguntas encarnadas en gente, esperando por obtener </span><span style="font-family:courier new;">respuesta.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Aelensar Lathe, un humano más en la eterna búsqueda de una definición </span><span style="font-family:courier new;">de si mismo, sacudía una manta nueva y la colocaba sobre el lomo de </span><span style="font-family:courier new;">su caballo, sin dejar de prestar atención a las interesantes figuras </span><span style="font-family:courier new;">que se acercaban para integrarse a la caravana que había sido </span><span style="font-family:courier new;">contratado para escoltar. Entre ellas no pudo dejar de reprimir una </span><span style="font-family:courier new;">elevación de cejas, cuando su mirada encontró un destello dorado bajo </span><span style="font-family:courier new;">una capa y capucha de color marrón claro. Unos ojos celestes, </span><span style="font-family:courier new;">inquietos y almendrados, delataron la raza de la elfa. Pero no </span><span style="font-family:courier new;">constituía esta la única presencia de la gente bella y antigua en la </span><span style="font-family:courier new;">caravana, pues a su lado unos grandes ojos violeta y un intenso </span><span style="font-family:courier new;">destello del fino metal de un arco élfico, marcaban la procedencia de </span><span style="font-family:courier new;">su acompañante. Era ésta, o es, puesto que a mi memoria no ha venido </span><span style="font-family:courier new;">el recuerdo de su muerte, una elfa de cabellos asfixiantemente </span><span style="font-family:courier new;">oscuros, cubierta en una fina caperuza verde.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Parecía ser el mayor de los intereses de este par de elfas, el cuidar </span><span style="font-family:courier new;">los pasos de un anciano de expresión inevitablemente excéntrica, </span><span style="font-family:courier new;">vestido en una túnica gris, algo sucia, protegido del viento por una </span><span style="font-family:courier new;">capa de cuero. Los ojos cansados de este estudioso escrutaban la </span><span style="font-family:courier new;">textura de cada piedra, la velocidad del aire, y las trayectorias de </span><span style="font-family:courier new;">las hojas que ya empiezan a caer, así como de las agitadas personas a </span><span style="font-family:courier new;">su alrededor. Sin embargo la agitación de su entorno esa mañana no </span><span style="font-family:courier new;">era competencia para el eterno divagar de las voces de su mente.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"¿Qué de bueno puede encontrar la mente cansada de ese anciano como</span><br /><span style="font-family:courier new;">para que le permita andar, así, decrépito, cuasi-inútil, en búsqueda </span><span style="font-family:courier new;">de no-se-que-cosa?", se preguntó el mercenario. "Bien, en realidad, </span><span style="font-family:courier new;">hasta los draconianos tienen buenas cualidades: Sangran, mueren, </span><span style="font-family:courier new;">saben pelear, y los puedes matar sin sentir absolutamente ningún </span><span style="font-family:courier new;">remordimiento... Animales... Ahora, algo malo tienen también: No son </span><span style="font-family:courier new;">comestibles." - reflexionó Aelensar, recordando su recién terminada </span><span style="font-family:courier new;">misión en las afueras de Newport. </span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">La recompensa fue suficiente como para que pudiese comer, beber, </span><span style="font-family:courier new;">vestirse y bañarse al más puro estilo de un alcalde durante una </span><span style="font-family:courier new;">semana... lo cuál no hizo, evidentemente. No bebía sino cuando estaba </span><span style="font-family:courier new;">seguro de que no habría trabajo (o que sería incapaz de hacerlo), y </span><span style="font-family:courier new;">aún así... Se vistió con ropa nueva, libre de las quemaduras de la </span><span style="font-family:courier new;">ácida sangre draconiana, y cambió las piezas de armadura dañadas, en </span><span style="font-family:courier new;">todo caso. "¿Bañarme?" -se autoinquirió- "en el próximo río que vea, </span><span style="font-family:courier new;">muchas gracias." Bueno, aún así, como nadie dice que no a una buena </span><span style="font-family:courier new;">cama y buena compañía, con ello había culminado su última noche en el </span><span style="font-family:courier new;">fronterizo puerto.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Luego de cubiertas sus necesidades personales, aún quedó dinero, del </span><span style="font-family:courier new;">cual guardó una buena cantidad. Dió el "sobrepeso" a dos </span><span style="font-family:courier new;">mendigos. "¿Total?" -pensó al posar la mirada sobre el esperanzado y </span><span style="font-family:courier new;">mugriento par de personajes la noche anterior- "siempre hay necesidad </span><span style="font-family:courier new;">de una espada en alquiler, y trabajo no me va a faltar".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Aunque quizá haya cometido un error. Una de las mugrientas figuras se </span><span style="font-family:courier new;">presentó a primera hora de la mañana (lo cual no necesariamente era </span><span style="font-family:courier new;">coherente con su demacrado aspecto). Era una mujer. Bella, por </span><br /><span style="font-family:courier new;">cierto, tuvo que reconocer ahora a la luz del día, luego de hacer un </span><span style="font-family:courier new;">esfuerzo para quitar con su imaginación mucha de las ajadas ropas y </span><span style="font-family:courier new;">sucio que la protegían del naciente Sol. Quizá no sea un error. </span><span style="font-family:courier new;">Siempre es entretenida la compañía fenenina, aunque haya que enseñar </span><span style="font-family:courier new;">una que otra lección de higiene. Y entonces la mirada vacilante de la </span><span style="font-family:courier new;">mujer, aparentemente aceptada en la caravana, coincidió con la suya, </span><span style="font-family:courier new;">y le pareció encontrar un poco de si mismo en su mirada confundida y </span><span style="font-family:courier new;">espectante. Lo cuál trajo sus pensamientos a si mismo, nuevamente.</span> <span style="font-family:courier new;">"Siempre es lo mismo... El vacío..." -razonó por enésima vez el </span><span style="font-family:courier new;">mercenario- "Siempre que termina un combate, me doy cuenta de que no </span><span style="font-family:courier new;">tengo nada, y comienzo a buscar el siguiente. Mujeres, dinero, </span><span style="font-family:courier new;">bebida... Nada de eso significa nada. Nada de eso borra el pasado y </span><span style="font-family:courier new;">el dolor de mi mente tan efectivamente como el blandir una espada </span><span style="font-family:courier new;">ansiosa de sangre, y calmar su sed...".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">La silla de montar recién adquirida ya estaba asegurada sobre el</span><br /><span style="font-family:courier new;">trozo de tela en el lomo del caballo.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"Matar es lo único que he conocido... Matar, o morir antes. Y soy muy </span><span style="font-family:courier new;">bueno en ello. Matando es la única forma en la que me siento vivo...".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Y con esta conclusión temporal sobre su existencia, con un cotidiano </span><span style="font-family:courier new;">movimiento se colocó sobre su montura. Había escuchado esa noche de </span><span style="font-family:courier new;">una caravana que se dirigía a Solace, lo cuál implicaba posibilidad </span><span style="font-family:courier new;">de ataques de secuaces de Beryl, el descomunal dragón verde que </span><span style="font-family:courier new;">dominaba el reino élfico de Qualinesti. No fue difícil suponer que </span><span style="font-family:courier new;">estarían contratando escoltas para esta caravana.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"Dos elfas, y una humana sucia aunque decentemente dotada... mmmh... </span><span style="font-family:courier new;">si las elfas saben manejar esas espadas que llevan consigo, son mi </span><span style="font-family:courier new;">tipo. ¡Y hasta son dos!".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Y hablando de parejas, el sentido de alerta que tiene todo buen</span><br /><span style="font-family:courier new;">viajero del continente Ansaloniano le indicó con urgencia la</span><br /><span style="font-family:courier new;">presencia de dos posibles amenazas: un kender ataviado con adornos de </span><span style="font-family:courier new;">plumas, y un libro en mano (¿?), y un pequeño ser... ¿un niño? ¿un </span><span style="font-family:courier new;">gnomo? ¿un gully?.. "espero no averiguarlo" -se dijo al unísono que </span><span style="font-family:courier new;">ajustaba una última vez su saco de monedas y las correas que ceñían </span><span style="font-family:courier new;">su cota de malla al cuerpo, y la recién adquirida ballesta ligera a </span><span style="font-family:courier new;">su cinto.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">* * *</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"Tampoco parece conocerme" -se dijo la harapienta humana, luego de</span><br /><span style="font-family:courier new;">cruzar su vista con el escolta de la caravana. Nada parecía serle</span><br /><span style="font-family:courier new;">conocido. Como yo, la mujer carecía de memorias propias. Lo más </span><span style="font-family:courier new;">antiguo que podía reordar yacía una semana atrás en el río del</span><br /><span style="font-family:courier new;">tiempo, era el instante en que se descubrió siendo arrastrada hasta </span><span style="font-family:courier new;">la orilla de Newport por un mendigo. El anciano, acostumbrado a vivir </span><span style="font-family:courier new;">de la caridad, le dio de comer, y le consiguió las ropas que llevaba </span><span style="font-family:courier new;">puestas ahora. No estaban en buen estado, ni limpias, por lo que en </span><span style="font-family:courier new;">realidad no se sentía mejor vestida, pero definitivamente la </span><span style="font-family:courier new;">protegían más del frío que la rota y mojada franelilla blanca y el </span><span style="font-family:courier new;">escaso pantalón que dudosamente se mantenía sobre su cuerpo al llegar </span><span style="font-family:courier new;">a tierra firme. Quizá lo hacía más por lo húmedo que estaba, </span><span style="font-family:courier new;">adheriéndose a su piel, que por lo unidas que estaban sus costuras.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">También le buscó unas zapatillas de cuero usadas, de tamaños</span><br /><span style="font-family:courier new;">ligeramente distintos, y diseños no tan ligeramente distintos, para </span><span style="font-family:courier new;">que protegieran las plantas de sus pies. Cosa que, por cierto, le</span><br /><span style="font-family:courier new;">recordó que tenía que prestar atención a su entorno, pues se dirigía </span><span style="font-family:courier new;">a Solace gracias a que el anciano había identificado unas cicatrices </span><span style="font-family:courier new;">en la planta de su pie derecho, como un mapa del valle de </span><span style="font-family:courier new;">Solace. "Ese es el lago Crystalmirk" -había comentado emocionado, el </span><span style="font-family:courier new;">anciano- "¡tiene la misma forma, al menos!". </span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">A los dos días llegó con el respectivo tazón de caldo de sobras de la </span><span style="font-family:courier new;">posada "El Aliento de Zeboim", para compartirlo con ella. Se sentó a </span><span style="font-family:courier new;">su lado cerca del establo y le informó que había escuchado de la </span><span style="font-family:courier new;">caravana que partiría a Solace. Ante esta noticia, y ansiosa de </span><span style="font-family:courier new;">conocer más sobre si misma, estuvo de acuerdo con él en que debería </span><span style="font-family:courier new;">ir en busca de su historia.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Luego de prometer ayudar con los oficios, el manejo de los</span><br /><span style="font-family:courier new;">desperdicios de la caravana, y no molestar a los viajeros, se</span><br /><span style="font-family:courier new;">sorprendió recibiendo una aceptación del líder de la caravana.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Llamativa para todos resultó la llegada de una carreta vacía. Vacía </span><span style="font-family:courier new;">no de conductores, pues tenía tres, sino de carga. Dos hombres</span><br /><span style="font-family:courier new;">venidos del mar, según parecían evidenciar sus sables y estimentas, </span><span style="font-family:courier new;">y un Guardia de la Ciudadela de la Luz, se transportaban en dicha</span><br /><span style="font-family:courier new;">carreta. Evidentemente ninguno de los marinos era bárbaro, concluyó </span><span style="font-family:courier new;">sorprendiéndose ligeramente de su razonamiento. Uno de ellos parecía </span><span style="font-family:courier new;">un hombre experimentado, como quien ha llevado muchos golpes en la </span><span style="font-family:courier new;">vida, pero nada más en él llamaba su atención.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Sin embargo, el otro marino le parecía extremadamente familiar. Y</span><br /><span style="font-family:courier new;">atractivo. Vestía pantalones, botas y guantes de cuero negro,</span> <span style="font-family:courier new;">acompañados de una camisa ancha de manga larga y una capa azul oscuro.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">* * *</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"¡Qué tontería!" - exclamó para sus adentros Gregory Hilltop viendo </span><span style="font-family:courier new;">de reojo al Guardia de la Ciudadela que esperaba a su lado mientras </span><span style="font-family:courier new;">la caravana iniciaba su viaje - "¡enviar una carreta vacía a </span><span style="font-family:courier new;">Solace!". Shen Korras, el medio-elfo que dirigía una flota que </span><br /><span style="font-family:courier new;">suministraba provisiones a la Ciudadela de la Luz, le había encargado </span><span style="font-family:courier new;">escoltar, junto a Kielan Carr, su compañero de tripulación, al </span><span style="font-family:courier new;">Guardia de la Ciudadela. Tal parece que el soldaducho iría en busca </span><span style="font-family:courier new;">de armas de calidad en Solace, siguiendo el consejo que su compañero </span><span style="font-family:courier new;">había hecho hacía unas dos semanas, recomendando a un conocido </span><span style="font-family:courier new;">herrero en dicho pueblo. "Mientras haya buena paga, no molesta mucho </span><span style="font-family:courier new;">ir a ese pintoresco valle... además: debo ir allá. Más oportuna no </span><span style="font-family:courier new;">pudo haber sido esta asignación".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Sin embargo su cháchara interna fue distraída por la familiar mirada </span><span style="font-family:courier new;">de la mujer en harapos. Su revisión mental fue infructuosa. No podía </span><span style="font-family:courier new;">recordar dónde había conocido a esta mujer. No sin cierta incomodidad </span><span style="font-family:courier new;">por su falta de memoria, ajustó su capa azul oscuro sobre sus </span><span style="font-family:courier new;">hombros, y desvió la mirada.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">* * *</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Pensamientos similares cruzaron la mente de Kielan Carr- "si hubiese </span><span style="font-family:courier new;">sabido que me iban a mandar a hacer este trabajito quizá me hubiese </span><span style="font-family:courier new;">tragado mi lengua. A quién le importaba, a final de cuentas, si yo </span><span style="font-family:courier new;">conocía o no a algún maestro herrero que hiciese trabajos rápidos." - </span><span style="font-family:courier new;">pero ya era tarde. - "Al menos el simpático herrero, ex-estudiante de </span><span style="font-family:courier new;">la Academia de Hechicería de Palin Majere, hará un buen negocio si </span><span style="font-family:courier new;">logra sacarle una buena cantidad de monedas de acero al Guardiecito </span><span style="font-family:courier new;">de la Ciudadela". También amilanaba el aburrimiento del viaje la </span><span style="font-family:courier new;">jovialidad y rápido humor de Gregory Hilltop, aunque en sus momentos </span><span style="font-family:courier new;">de melancolía, a Kielan incluso los inteligentes comentarios del bien </span><span style="font-family:courier new;">parecido marino le parecían tan insoportables como una charla de </span><span style="font-family:courier new;">kenders.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Durante las primeras noches de viaje pasó sus guardias mirando</span><br /><span style="font-family:courier new;">fijamente a las fogatas. Sentado. Pensando. Y en ocasiones</span><br /><span style="font-family:courier new;">conversando, pues eran esos los momentos en los que era más accesible </span><span style="font-family:courier new;">para entablar conversación, aunque en ningún caso podría decirse que </span><span style="font-family:courier new;">fuese un gran conversador.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Su cara, inexpresiva la mayor parte del tiempo, junto a su corta </span><span style="font-family:courier new;">camisa sin mangas, pantalón de tela, botas sencillas, bolso de </span><span style="font-family:courier new;">ganancias y su inseparable sable (aunque no fuese suyo), constituían </span><span style="font-family:courier new;">su primera barrera de defensa ante las intromisiones en su vida </span><span style="font-family:courier new;">personal. No vaya a ser que intentasen averiguar algo de su incómodo </span><span style="font-family:courier new;">pasado.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">* * *</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">30 millas al nor-noroeste, frente a un par de jarras de cerveza,</span><br /><span style="font-family:courier new;">Gwydeon Medio-elfo, y Argento D´Alessandro discutían en voz baja los </span><span style="font-family:courier new;">últimos detalles de su pequeña excursión al risco rocoso ubicado al </span><span style="font-family:courier new;">sur de Solace. Gwydeon Ragnarok, como hechicero legionario aún no </span><span style="font-family:courier new;">acostumbrado a sus nuevas habilidades mágicas, afrontaba a los </span><span style="font-family:courier new;">recuerdos que estas le traían de su antigua vida adolescente como </span><span style="font-family:courier new;">mago túnica roja, antes de la Guerra de Caos.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Pero el tiempo había pasado. "Demasiado rápido, y lento al mismo</span><br /><span style="font-family:courier new;">tiempo" -se decía a si mismo, al sorber lo que quedaba de la espuma </span><span style="font-family:courier new;">ya caliente de la cerveza. Ya era el año 32 después del llamado</span><br /><span style="font-family:courier new;">Segundo Cataclismo. Y ahora tenía nuevamente sentido su vida. Ya no </span><span style="font-family:courier new;">era sólo un hombre más con una espada en la espalda. Era un hechicero </span><span style="font-family:courier new;">formado por su Maestro, un Legionario de Steel, y su propósito </span><span style="font-family:courier new;">próximo estaba ahí, frente a él. No era precisamente la jarra de </span><span style="font-family:courier new;">cerveza, sino la veta de obsidiana que debía investigar. Una posible </span><span style="font-family:courier new;">nueva forma de encantamiento estaba raramente relacionada con el uso </span><span style="font-family:courier new;">de la obsidiana, según rumores de un grupo de elfos rebeldes de su </span><span style="font-family:courier new;">patria natal le habían indicado. Se le había confirmado este rumor en </span><span style="font-family:courier new;">la Legión de Steel, y su misión de prueba, que le permitiría </span><span style="font-family:courier new;">convertirse en un Maestro Legionario, era develar este misterio. Una </span><span style="font-family:courier new;">vidente Legionaria había presagiado su descubrimiento hacia el año 32 </span><span style="font-family:courier new;">o 33 Saer Cataclius. Pero en su visión siempre lo visualizaba sólo, </span><span style="font-family:courier new;">así que debía ocurrir durante su misión en solitario. No le debía </span><span style="font-family:courier new;">acompañar su Maestro. Ni tampoco un inexperimentado aprendiz. Otras </span><span style="font-family:courier new;">personas podrían estar, pero él sería el único Legionario.. que el </span><span style="font-family:courier new;">supiese, al menos. Afortunadamente una conversación con el pequeño, </span><span style="font-family:courier new;">robusto y bonachón leñador humano, Argento, le había revelado la </span><span style="font-family:courier new;">ubicación de una veta de obsidiana en el risco que se encontraba a lo </span><span style="font-family:courier new;">lejos. Hubiese podido entrever el risco si no fuera por el gracioso </span><span style="font-family:courier new;">vitral que adornaba la ventana de la célebre posada "El Último Hogar" </span><span style="font-family:courier new;">y las innumerables ramas de los demás vallenwoods sobre los cuales se</span><br /><span style="font-family:courier new;">encontraba la mayor parte de las casas de los habitantes de Solace.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"Me llevo mi espada, mis dos dagas, mi arco largo y mis flechas" -</span><br /><span style="font-family:courier new;">revisó mentalmente el medio-elfo oriundo de Qualinesti- "creo que 22 </span><span style="font-family:courier new;">flechas bastarán. Llevo también la cuerda de 15 metros, con su</span><br /><span style="font-family:courier new;">garfio, mis raciones de viaje, mi bota con agua, el pico </span><span style="font-family:courier new;">de mineria que me prestó el enano amigo de Argento, y la alforja </span><span style="font-family:courier new;">donde guardar un trozo de la obsidiana. El plan, entonces, es </span><span style="font-family:courier new;">recogerla y luego ir a hablar con el enano que residía en la casa del </span><span style="font-family:courier new;">célebre Flint Fireforge, para ver si él me puede decir más cosas </span><span style="font-family:courier new;">acerca del material o</span> <span style="font-family:courier new;">si sabe quién es capaz de trabajar con esa piedra preciosa."</span><br /><span style="font-family:courier new;"></span><br /><span style="font-family:courier new;">Gwydeon palmeó la espalda de su amigo, - "habrá que ver ese lugar" - </span><span style="font-family:courier new;">le susurro al oido, consciente de que no deberia revelarle a toda la </span><span style="font-family:courier new;">posada la razón de su expedicion. Obtener un poco de esa roca extraña </span><span style="font-family:courier new;">le permitiría saber algo de sus propiedades. ¿Sería que el rumor de </span><span style="font-family:courier new;">la daga mágica de obsidiana había sido una confusión, y la misma era </span><span style="font-family:courier new;">un objeto magico de épocas anteriores a la Guerra de Caos?. Si ese </span><span style="font-family:courier new;">era el caso, no dejaba de ser un gran peligro el que un objeto magico </span><span style="font-family:courier new;">(porque estaba casi seguro de que eso era) cayera en manos </span><span style="font-family:courier new;">equivocadas, o mucho peor, en manos de los Caballeros de Takhisis...</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">El Legionario tomó sus alforjas, y siguiendo a su bajo pero rudo</span><br /><span style="font-family:courier new;">compañero, se dirigió a la puerta, mirando de reojo todos los</span><br /><span style="font-family:courier new;">rincones de la posada, asegurándose de que nadie hubiese escuchado</span><br /><span style="font-family:courier new;">esa conversacion, o al menos, nadie caminara sobre sus pasos.</span><br /><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Argento, por otro lado, no parecía precisamente un leñador más. Desde </span><span style="font-family:courier new;">que tuvo que aprender a usar su hacha doble para separar algo más que </span><span style="font-family:courier new;">corteza, en la defensa de algunos intentos de invasión a Solace, </span><span style="font-family:courier new;">lleva una armadura de cuero y un protector de cuero para su cabeza. </span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Su hacha, un poco más larga que la mitad de su altura (tenía como</span><br /><span style="font-family:courier new;">unos 80 cms de largo), descansaba sobre su espalda, meciéndose con su </span><span style="font-family:courier new;">tosco caminar. El hacha siempre iba con él... y como todos en Solace </span><span style="font-family:courier new;">sabían, no era para fastidiar a nadie sino sólo porque él "adora su </span><span style="font-family:courier new;">hacha".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Al mirar a Gwydeon vigilar la retaguardia antes de tomar el sendero </span><span style="font-family:courier new;">que los llevaría a la veta, no pudo sino suspirar. El medio-elfo</span><br /><span style="font-family:courier new;">parecía más apresurado que nunca. En fin, transcurrían ya 4 meses de </span><span style="font-family:courier new;">los 6 que se suponía debían pasar como máximo para cumplir la misión </span><span style="font-family:courier new;">que le asignara la Legión de Steel. Siempre se había sentido </span><span style="font-family:courier new;">inclinado a aconsejar al muchacho. Había llegado hacía ya año y medio </span><span style="font-family:courier new;">a Solace, y se convirtió en aprendiz de Legionario y de las artes de </span><span style="font-family:courier new;">la nueva hechicería. Sin embargo, siendo el medio-elfo un tipo </span><span style="font-family:courier new;">básicamente solitario y al principio bastante taciturno (digamos que </span><span style="font-family:courier new;">algo descentrado), en algún momento luego de su llegada no pudo sino </span><span style="font-family:courier new;">acercarse a sacarle conversación. De ese momento había nacido una </span><span style="font-family:courier new;">camaradería muy cierta.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Repasó mentalmente una vez más el camino al risco de la veta de</span><br /><span style="font-family:courier new;">la "cosa" negra. El jóven le había preguntado acerca de lugares donde </span><span style="font-family:courier new;">él supiese que habría obsidiana. El leñador le había contestado que </span><span style="font-family:courier new;">no tenía la menor idea de lo que era esa tal "osciliana". Ahora si </span><span style="font-family:courier new;">había aprendido a decir el nombre del mineral, del cuál supo que </span><span style="font-family:courier new;">sabía gracias a la interesante descripción del Legionario. La misma </span><span style="font-family:courier new;">coincidía con lo que recordaba haber visto en aquel risco, mientras </span><span style="font-family:courier new;">buscaba un árbol bueno para talar.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">"No todos los árboles eran buenos para talar"- pensaba Argento-.</span><br /><span style="font-family:courier new;">Algunos eran saludables. Otros eran de dudoso futuro, y quizá estaban </span><span style="font-family:courier new;">en su último esfuerzo de surgir, pero esa esperanza era menos </span><span style="font-family:courier new;">beneficiosa para el bosque, que el posible crecimiento de los </span><span style="font-family:courier new;">juveniles árboles a nivel del suelo. Una misteriosa mujer envuelta en </span><span style="font-family:courier new;">capas le había aconsejado al respecto hacía ya muchos años. Mucha </span><span style="font-family:courier new;">niebla había aparecido junto a la mujer, así que había decidido que </span><span style="font-family:courier new;">mejor era no molestar a las mágicas gentes del bosque. Después de </span><span style="font-family:courier new;">todo le agradaba caminar por el mismo. En él se sentía más a gusto </span><span style="font-family:courier new;">que entre la gente bien vestida y pretenciosa de honores.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Gwydeon notó, mientras daban vuelta al último árbol Vallenwood</span><br /><span style="font-family:courier new;">habitado de Solace, que alguien lo observaba desde adentro del </span><span style="font-family:courier new;">pueblo. Una figura encapuchada en una capa gris oscuro los seguía con </span><span style="font-family:courier new;">la mirada desde un lugar semi-oculto por las ramas bajas de un roble.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">* * *</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">A esa hora en esa misma tarde, volviendo 30 millas al sur-sureste, la </span><span style="font-family:courier new;">caravana avanzaba ya por entre las colinas limítrofes del Bosque </span><span style="font-family:courier new;">Oscuro, por la izquierda, y el arrolluelo de Solace (que más atrás se </span><span style="font-family:courier new;">unía con el río White-rage). Hacía ya mediodía que habían dejado el </span><span style="font-family:courier new;">asentamiento Qué-Teh, poblado de una tribu de bárbaros de las</span><br /><span style="font-family:courier new;">planicies. En esa hora, en la que el cielo empezaba a ruborizarse</span><br /><span style="font-family:courier new;">hacia el occidente, aquellos de la caravana que no habían percibido </span><span style="font-family:courier new;">la anomalía que surgió súbitamente en el borde de las colinas que</span><br /><span style="font-family:courier new;">ocultaban al Bosque Oscuro, se enteraron del fenómeno al mirar al</span><span style="font-family:courier new;">resto de los viajeros quienes observaban con extrañeza lo que ocurría </span><span style="font-family:courier new;">a la izquierda del sendero. El bosque que terminaba con las colinas, </span><span style="font-family:courier new;">no tan verdes por la cercanía del otoño, súbitamente había cambiado.</span><br /><span style="font-family:courier new;"></span><br /><span style="font-family:courier new;">Parecía también haberse "acercado".</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Lo extraño no es que ya no fuese un bosque. O que no fuese el tipo de </span><span style="font-family:courier new;">vegetación. Sencillamente los árboles no eran los mismos, ahora eran </span><span style="font-family:courier new;">altos y más cercanos. Un párpadeo antes, Gregory Hilltop habría </span><span style="font-family:courier new;">jurado que observaba una baja colina que sostenía unos cerezos y </span><span style="font-family:courier new;">sauces de tamaño mediano. Ahora observaba unos altos Vallenwoods, </span><span style="font-family:courier new;">cedros, manzanos y robles. Su color apagado, en contraste con los </span><span style="font-family:courier new;">bosquecillos que bordeaban al valle por donde corría el sendero a </span><span style="font-family:courier new;">Solace, sólo era superado en incoherencia por la espesa niebla que </span><span style="font-family:courier new;">parecía yacer inmóbil entre los troncos de los árboles.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Un grupo de 10 jinetes elfos y 9 caballeros cubiertos de armaduras</span><br /><span style="font-family:courier new;">negras, emergieron de la incongruente niebla, cabalgando a toda prisa </span><span style="font-family:courier new;">en dirección a la caravana. Al salir del bosque, uno de los </span><span style="font-family:courier new;">caballeros, con una poblada barba negra y nariz aguileña alzó la mano </span><span style="font-family:courier new;">derecha, que portaba una espada, en señal de pausa. El grupo de </span><span style="font-family:courier new;">recién llegados se frenó a lo que un kender podría catalogar</span><br /><span style="font-family:courier new;">como "distancia de tiro de piedra", del costado izquierdo de la</span><br /><span style="font-family:courier new;">caravana.</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">El caballero oscuro giró su caballo toda una vuelta sobre si mismo, </span><span style="font-family:courier new;">mirando sorprendido los alrededores, al parecer más impresionado por </span><span style="font-family:courier new;">el pasto que por cualquier otra cosa. Tras un segundo de reflexión, </span><span style="font-family:courier new;">acercó su caballo 5 pasos a la caravana y gritó: "En nombre de la </span><span style="font-family:courier new;">Reina Oscura, les exijo indiquen en qué dirección huyeron los </span><span style="font-family:courier new;">rebeldes. No tenemos intención de derramar vuestra sangre </span><span style="font-family:courier new;">innecesariamente, así que olvidad vuestras armas y responded a mi </span><span style="font-family:courier new;">pregunta. Si obráis así dejaremos que vuestro camino vuelva a sus </span><span style="font-family:courier new;">pies."</span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">Los caballeros de negro miraron a la caravana con expectación y </span><span style="font-family:courier new;">expresión orgullosa, el Sol de la tarde reluciendo en los intrincados </span><span style="font-family:courier new;">diseños de las placas de sus armaduras, que emulaban las formas de </span><span style="font-family:courier new;">calaberas, y lirios. Los elfos miraron, por su lado, tanto a la gente </span><span style="font-family:courier new;">como a sus alrededores, escrutando incrédulos la pradera con </span><span style="font-family:courier new;">expresión pesada, grave y confundida. Cada uno de ellos llevaba un </span><span style="font-family:courier new;">arco y una espada larga, prestos a cualquier indicio de orden de </span><span style="font-family:courier new;">ataque."</span>Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5978358708055395233.post-7788577922639834232007-11-04T14:08:00.000-08:002007-12-19T11:28:38.540-08:00Prólogo¡Bienvenidos a este blog!<br />Acá se estará publicando la historia que se va generando a medida que mis jugadores y yo jugamos rol por e-mail.<br /><br />¡Como primer post, nada me pareció más apropiado que publicar el prólogo, tal y como les fue enviado a mis jugadores hace 4 años!<span style="FONT-WEIGHT: bold"><span style="FONT-WEIGHT: bold"><br /><br /></span></span>Ojalá les guste tanto como a los que hemos estado jugando y en ello co-creando esta historia...<span style="FONT-WEIGHT: bold"><span style="FONT-WEIGHT: bold"><br /></span><br /></span><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="FONT-WEIGHT: bold">* * *</span><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold"></span></div><span style="FONT-WEIGHT: bold"><br /><span style="font-family:courier new;">PRÓLOGO</span></span><br /><br /><span style="font-family:courier new;">- 1ero de Enero, año 31 Saer Cataclius.</span><br /><br /><br /><p>"Yo lo veo todo.<br /><br />Soy el Heraldo, cantor de canciones, contador de historias. He visto ocurrir muchas cosas a lo largo y ancho del continente de Ansalon, y he aprendido aún más de lo que he visto. Así, ahora me detengo, pues a medida que el atardecer trae oscuridad y luz de estrellas a este<br />día, entramos en lo que los maestros del tiempo llamarían la Era de los Mortales - La Quinta Era de Krynn.<br /><br />De las sombras de estas tierras desoladas por guerras, temibles y enormes dragones han emergido para subyugar a las razas que dan vida y sentido a Krynn. Los dioses se han ido sin dejar a nadie para contener a estas fantásticas criaturas del mal, más poderosas que cualquiera que hayamos conocido. Y así, he venido a hacer lo que debo en este importante momento. Soy un hombre sin memorias propias - mi mente sólo conoce las memorias del mundo. Quizá dentro de las palabras de mis historias yace el secreto que permitirá que haya un nuevo amanecer en Ansalon.<br /><br />Treinta años atrás, el Caos vino, literalmente, manifestándose ante nuestros ojos, la encarnación de la furia de aquel que constituye la antítesis del órden de las cosas. Un malentendido aflojó las cadenas que reprimían a su malévolo poder, de cuya misma esencia los dioses forjaron el mundo. Una vez libre, Caos desafió el tesoro más querido de los dioses: el mundo de Krynn. A través del poder de la magia, en ese verano, al que han optado por llamar "el Verano de Caos", todos los hijos de los dioses se juntaron y forzaron la huída de Caos. Éste último aceptó retirarse, pero no sin antes ordenar a los dioses que<br />lo siguiesen. Esa fue su última afrenta en Krynn: la de apostar con los dioses, a la autodestrucción de ese Krynn sin dioses que dejaban al final del caluroso verano.<br /><br />Ahora, más que nunca en la historia de Krynn, los mortales se encuentran sólos. Al irse los dioses, se han cerrado las puertas a su más preciado regalo: la magia. Sin ella, los mortales no son competencia de los primeros hijos de la diosa del Mal, la llamada "Reina de la Oscuridad". Ellos, los dragones, son ahora libres de gobernar. Desde más allá de los mares conocidos en Ansalon viene una raza de Grandes Dragones, liderizados por Malystryx la Roja. En una violenta Purga de Dragones, estos grandes y antiguos<br />dragones lucharon entre si, para reclamar las tierras de Ansalon como suyas. En el amanecer de esta nueva era, los mortales lucharon una batalla desesperada para sobrevivir a las luchas de los colosos hijos de Takhisis, quienes parecían ignorar, o desestimar, la destrucción que causaban en el mundo. </p><p>Pero a pesar de que los dioses nos han abandonado, yo digo que aún hay esperanza. Nuestro mundo no fue salvado de Caos para ser dado a los dragones. No fue creado para ellos. Ellos no le pertenecen. Yo percibo que se acerca un momento crucial, la luz del Bien brilla entre los humos del velo oscuro del reinado del Mal. Los nuevos hechiceros han recurrido a la forma más antígua y primigenia de las<br />formas de magia, para restaurar mucha de la antigua magia de nuestro mundo. Nuestra Ciudadela de la Luz nos enseña a mirar en nuestro interior para encontrar el poder de nuestros propios Corazones. Nuestros espíritus, dicen ellos, son las creaciones más valiosas de los Dioses, y en ellos reside la más especial de las formas de magia.<br />Los Caballeros de Solamnia continuan dando ejemplo y aliento a las fuerzas del Bien, la Legión de Steel lucha por la justicia, enseñando discernimiento a las mentes de juicios demasiado veloces, y practicidad a las mentes de juicios lentos. Y aún hay más. Los Dragones Metálicos, los primeros hijos del dios del Bien, Paladín el Guerrero Plateado, yacen escondidos, trabajando aún en el mundo.<br /><br />Esta es una era de descubrimientos, una era de aventuras, un tiempo de héroes, un momento de esperanza. Levántate, amada Krynn, que ha llegado el amanecer de la Quinta Era, la de los Mortales. Conoced esto, gentes de Ansalon: el Bien prevalecerá...<br /><br />...sólo depende de nosotros."</p><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: right;font-family:courier new;" ><span style="FONT-STYLE: italic">El Heraldo</span><br /></div><br /><br /><div style="FONT-FAMILY: courier new; TEXT-ALIGN: center"><br /><br /></div><span style="FONT-WEIGHT: bold;font-family:courier new;" ></span><span style="font-family:courier new;"></span>Oresteshttp://www.blogger.com/profile/07325917237233143418noreply@blogger.com0